f i f t y f o u r

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Mi hombro derecho es presa de los traviesos dedos de Kihyun, los cuales se balancean en una dirección y luego en otra, acariciándome la piel de esa zona

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Mi hombro derecho es presa de los traviesos dedos de Kihyun, los cuales se balancean en una dirección y luego en otra, acariciándome la piel de esa zona. Mi cabeza reposa sobre su desnudo pecho, justo por debajo de la suya mientras nuestros aromas se funden en conjunto. Su mentón está apoyado en mi frente, donde ocasionalmente se mueve un poco para dejar besos cortos. Mi mirada está fija sobre su estómago cubierto por las sabánas y nuestras manos entrelazadas. Nuestros cuerpos yacen enredados entre sí. 

Puedo escuchar el latido de su corazón resonar sobre su caja toráxica y el sonido se mezcla suavemente con el de su voz. 

Kihyun está cantándome. 

Sólo a mí. 

Como alguna vez hace mucho tiempo prometió que lo haría. 

Desconozco la letra y la melodia pero todo interpretado por su voz suena perfecto para mí. Cierro mis ojos, dejando que mi alma se deleite con el momento para después guardarlo como un hermoso recuerdo. 

La canción se detiene y el silencio revive. 

Suspiro al mismo tiempo que elevo los párpados. Confundida por la repentina pausa busco su mirar, levantándome con apoyo del brazo que tengo libre. No hace falta que Kihyun se mueva, de inmediato nos vemos el uno al otro. 

Y una nueva canción que sí conozco empieza a salir de sus labios. 

Te amo, cariño. Y si está bien te necesito, cariño, para calentar estas noches solitarias. Te amo, cariño, creéme cuando lo digo. 

Aparto la mirada de la pared al sentir que el celular vibra entre mis manos. Las fantasías se desvanecen tan pronto como regreso a la realidad, donde sigo estando sola en medio de mi sala. No es de noche y Kihyun no está conmigo pero cada parte de mí añora que aquella ilusión hubiese sido real. 

Le echo un vistazo a la pantalla del aparato, la llamada perdida de Sunhi sigue intacta sobre mi barra de notificaciones. Tengo mucha curiosidad encima, pero el miedo parece pesar unas toneladas más. 

Con un largo suspiro, dejo resbalar el teléfono de mis dedos, este aterriza en la superficie del sillón, donde no puedo verlo. 

La inquietud que sufro me levanta del sofá, y la ansiedad me hace sentir como si me estuviesen observando y al mismo tiempo juzgando dentro de mi propio hogar. Ignoro las peticiones en mi cerebro de regresarle la llamada a Sunhi, sólo para acabar con este sentimiento y me concentro en pensar que este va a ser el último día en que yo sea una ciudadana coreana, como si el sueño de ser pasante en la NASA ya estuviese cumplido. 

Si me enfoco en lo que quiero, no hay nada que temer. 

Hago el desayuno sola, y me lo acabo de la misma forma, sin que otra alma se presente en mi casa. Escombro y guardo todo en su lugar. Es como cualquier otro día, de no ser por lo terca que es mi cabeza al recordarme la promesa que Kihyun hizo de volver conmigo. 

water  ━━yoo kihyun, lee jooheonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora