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Mi cuerpo siente el regreso a casa pesado. Bajo los parpados a ratos, quedándome medio dormida pero sin olvidar que voy acompañada. Jooheon no dice nada en todo el trayecto, y voy pensando que quizás él maneja de esa manera, en silencio y completamente concentrado.
No lo distraigo, ni mucho menos muestro interés por hablar. Ambos nos adentramos en nuestros pensamientos, como si el otro no estuviera a un costado.
De repente mis ojos se topan con una estrella. Está apartada de las demás, y a penas se puede notar su brillo, de hecho cada vez que pasamos debajo de una lámpara el puntito de luz desaparece unos segundos. Mi mente intenta recordar su nombre, pero es imposible saber cuál es sin observar su debida posición en el cielo nocturno. No muevo los ojos para averiguarlo. Me quedo en ese lugar, observando el puntito que aparece y desaparece.
ーLa luz de esa estrella puede estar llegando unos miles de años después de que se emitióーPienso en voz alta, tomando por sorpresa a Jooheon, quien aparta su mirada del camino por un instante.
ー¿Cuál?ーMe pregunta, percibo la curiosidad en su voz.
Inclino en un solo movimiento la mandíbula, señalando la dirección en que yacía la estrella.
ーEn su tiempo real puede ya estar muerta.
Separo la mirada del astro y la fijo en Jooheon, quien eleva sus cejas, como si estuviera sorprendido.
ーIncreíble ¿no?ーSepara los dedos del volante y al segundo siguiente los pone de nuevo sobre este, sigo atenta cada uno de sus movimientosーVemos la luz de una estrella muerta.
ーPuede que la veamos, no lo sabemosーLo corrijo, inconscientementeーNos tomaría otros miles de años para saber que realmente estaba muerta ahora.
ーPara ese entonces puede que ya no veamos una estrella, sino un agujero negro en su lugarーAgrega él, curvando un poco sus labios. Sin querer, mis labios imitan a los suyos, y se deforman en una diminuta sonrisa.
ーPara ese entonces puede que ya no veamos a la misma estrella, pero sin duda su luz seguirá ahí. Esa es la frase que siempre utilizaba para describir el infinitoーHablo, por fin apartando los ojos de su persona y deteniéndolos en la estrella. Me quedo observándola por un rato, hasta que un sabor amargo llega a mi lengua.
La imagen aparece en mi mente, sin que yo lo pida o lo provoque. Llega a ella azotándose contra el suelo de mis sueños, sin piedad ni compasión. Recuerdo haberla visto un millar de veces, en la computadora bajo las lunas de muchas madrugadas.
Participante: Minah Park Edad: 20 años Instituto: Universidad Nacional de Seúl NASA ADMITION CHALLENGE 2020 P A R T I C I P A N T E D E S C A L I F I C A D O
ーCreo que serías buena maestra ¿sabes?ーComenta Jooheon, borrando las imágenes de mi mente. No le contesto, ni hablo en lo que resta del camino. Sólo miro la estrella con nostalgia pensando en lo que pudo haber sido pero lastimosamente no fue.
