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ーMinah, ve a ayudar a Sunhi y Sohee con las mesasーOrdena mi madre, haciéndome levantar del comedor donde había terminado de picar la colーEstán en el patio trasero.
Un año más pasábamos la Navidad en casa de mis tíos, los padres de las cuatro hijas con las que me gustaba jugar cuando era niña. Haneul y Wook, hace dos semanas exactas habían ofrecido su residencia para que todos los integrantes de la familia de mi padre cenaran y charlaran un rato hasta que el cansancio se hiciera presente y el alcohol en las mesas ausente.
Normalmente esta celebración la llevábamos a cabo en la casa de la abuela, pero de nuevo mis tíos habían insistido para que fuese en su propia casa.
Previo a todo el banquete que íbamos a degustar estaba la prepración del mismo y del lugar donde lo haríamos, para ello se reunían la mayoría de las mujeres en la familia. Yo no quería venir, como cada año, pero la menoría de edad me impidía saltarme las órdenes de mi madre.
Cuando tenga casa propia...Pienso mientras dirijo mis pies al lugar donde se me ha indicado ir.
Me encuentro con una Sohee trepada en una escalera, tratando de conectar un cable al enchufe. Sunhi está del otro lado del patio, moviendo algunos manteles para colocarlos sobre las mesas que estaban en el centro. Las paredes están forradas con escarcha navideña, que a su vez es recubierta por una serie de luces, y unas cuantas esferas. Hay también unas lámparas improvisadas en las esquinas, que no llegan a alumbrar totalmente el patio pero cumplen con su deber de darle ese toque hogareño a la iluminación.
ーHa quedado bienーOpino, intentando hacer menos incómoda mi repentina aparición. Ambas hermanas enfocan su atención en mí.
ーYa era hora de que nos enviarán ayudaーBufa Sohee estirando su brazo un poco más. Sunhi, desde donde está le reclama, chasqueando la lengua.
ーHola, MinahーMe saluda la mayor, sonriendo. Le devuelvo el gesto aproximándome a ella. Sohee podía conectar luces sola.
ー¿Te ayudo con eso?ーLe pregunto, señalando los largos pedazos de tela blancos que sostiene entre los brazos. Sunhi asiente y me tiende los manteles, indicándome dónde ponerlos. Me apresuro con lo que hago, queriendo salir de aquí lo más pronto posible.
ーTenemos que ponerlos y después mover la comida para acáーIndica mi prima y yo asiento, tomando entre mis manos un mantel.
Sunhi no me deja sola, se acerca a la mesa donde comienzo el trabajo y me ayuda a alisar la tela sobre toda su superficie.
ー¿Va a venir tu hermano?ーMe pregunta, levanto las cejas admirando su inicitiva por hacer esto menos tenso. Estira su cuerpo, inclinándose sobre la mesa y extiende al mismo tiempo la tela.
Me tomo unos segundos para observarla.
Sunhi es bonita, vaya que lo es. De todas sus hermanas, y mis demás primas es la más delgada y la más alta también. Suele tener el cabello amarrado la mayoría del tiempo, pero siempre consigue que quede bien, sin que nada se salga de su lugar o se vea mal. Ahora lo tenía castaño y aunque lo había cambiado de color de un día al otro, no se veía mal. Todo en su rostro era pequeño, su nariz, sus ojos y sus finos labios.
