Capítulo 2: [Gata ladrona] (6)

146 27 122
                                    

Parte 6


— ¡Kinna! ¡Kinna! ¡¿Dónde estás?! —se escucha a un chico gritar en el bosque.

Camina escondido entre los arbustos, evitando que sea fácil de ver y también usando una piedra mágica que dispersa el sonido en toda la zona para evitar que presencia al gritar fuese detectada.

«No hay respuesta, ¿eh?», se lamenta en su mente.

Sus compañeros no conocen las circunstancias de la chiquilla a la cual llaman la calamidad andante y simplemente hablaron con la información que tenían. No saben lo mucho que podrían dañarle las palabras que dijeron. Sería algo natural que la pequeña a quien busca se haya escondido muy dentro en el bosque para llorar.

Crack, slurp, chomp.

El chico escucha en las cercanías el sonido de algo siendo aplastado, triturado y desgarrado, además de liberar cierto líquido con cada uno de esos procesos. Curioso, Kaljy se aproxima con cautela en dirección a lo que oye.

Atravesando unos arbustos muy juntos entre sí, divisa un claro en el bosque. Al observar detenidamente el escenario, aprecia que no está hecho de forma natural. Algo destruyó los árboles de la zona, dejando un agujero en la tierra.

Dentro de la fosa, visualiza una gran acumulación de carne picada y ensangrentada, probablemente de monstruos del sector, repartida sobre el suelo. Al centro del agujero hay una niña sollozante de rodillas. Sus manos, su boca y su vestido están enrojecidos por la sangre. Parece estar masticando los pedazos con avidez mientras lágrimas recorren sus ojos.

— ¿Kinna?

La pregunta sorprende a la pequeña, quien se voltea con pavor y observa al niño con el que había estado conversando casi todo el día.

La pregunta sorprende a la pequeña, quien se voltea con pavor y observa al niño con el que había estado conversando casi todo el día

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No... No me veas. ¡No me veas! —grita la pequeña, huyendo apresurada del chiquillo.

— ¡Cómo si fuera a dejarte escapar!

Kaljy lanza una pequeña piedra al suelo, cerca de la niña. La tierra en ese lugar se vuelve fangosa e inestable y la llamada calamidad andante pierde el equilibrio, cayendo torpemente, quedando recostada sobre el fango.

El Sofry se acerca a la chiquilla con pasos calmados, evitando ensuciarse los zapatos con la sangre de las víctimas de la voraz pequeña.

— ¡No te acerques! —exclama Kinna, con voz quebrada—. Por favor, no lo hagas. No quiero que me veas así.

—Kinna...

La chiquilla llora desconsoladamente, cubriéndose el rostro con sus brazos.

—Soy un monstruo. Un horrible monstruo que se come todo —dice entrecortadamente por los sollozos.

—Kinna, yo no creo que seas un monstruo —comenta Kaljy, agachándose para estar a una altura similar a la niña en el suelo. Le brinda una inocente sonrisa y le acaricia la cabeza con ternura.

Exhekar Tales II: El Tesoro Ancestral & La Bruja GlotonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora