Capítulo 7: [Memorias de un pasado lejano] (3)

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Parte 3


Un grupo de cinco personas permanece sentado alrededor de una mesa. Los rostros de cada integrante se muestran serios y el silencio reina entre ellos.

—No tenemos dinero ni provisiones —comenta una de las mujeres del grupo, su cabello corto y rojizo se recoge en la nuca y sus largas y puntiagudas orejas se agitan por la preocupación.

— ¿Cómo pasó esto? —pregunta el único varón entre las personas presentes, rascándose la calva con sus manos protegidas de guanteletes metálicos.

Buenyo, era de esperarse. Estando cinco días aquí, las provisionyes se agotarían nyaturalmente —responde una voz aguda que denota un optimismo con rastros de leve sarcasmo. Sus peludas orejas actúan acorde a su oscilante estado de ánimo, moviéndose de lado a lado, de arriba hacia abajo, tensándose y relajándose. Una larga cola, igual de peluda que sus orejas anteriormente mencionadas, se agita lentamente de manera horizontal y de forma involuntaria a su dueña.

Las otras dos chicas se mantienen en silencio, sin intenciones de comentar respecto a la situación en la que se encuentran. Bueno, la verdad es que en parte son ajenas a los problemas de los otros y su interés en participar es prácticamente nulo.

Debería haber una chica más entre los integrantes, pero esta se aburrió a mitad de la conversación y ahora revolotea en los alrededores de la posada en la que se encuentran.

Así como se menciona, el grupo de expedicionarios a las ruinas se encuentra en un aprieto. No tenían previsto una larga estadía en la ciudad capital, lo que agotó sus recursos, siendo un obstáculo para cumplir su objetivo principal. Podrían pedir un préstamo al banco del reino, los fondos abundan y se le tiene confianza al capitán de la guardia de Lugarta, pero él y su esposa prefieren mantenerse alejados de las deudas.

—Tendremos que realizar unos trabajos antes de salir. ¿Alguna idea? —comenta Saz, preguntando a los demás, mirando a cada integrante. —Yo tengo varios títulos: historiadora, maga de grado cinco, cazadora profesional de dragones menores y arqueóloga nacional del reino de Lugarta. Soy especialista en magia de tipo hielo y fuego, además de poder determinar las edades de los objetos relacionándolos con otros. También puedo usar un poco de magia de tierra y viento, pero no soy experta.

—En otras palabras, es relativamente inútil en nuestra situación actual —explica su esposo a los demás.

— ¡¿Qué?! ¡Serás...!

La mujer se abalanza sobre su marido, furiosa, y le muerde una de sus largas orejas.

— ¡Ay, ay! ¡Eso duele! —se queja el hombre, tratando de alejarla con sus manos.

— ¡Te lo mereces por hablar mal de tu bella y juvenil esposa! —responde Saz, agitando su único brazo, iracunda.

— ¡Está bien, perdón, perdón! ¡Suéltame ya!

— ¡No hasta que digas que soy la más bella mujer en Exhekar!

— ¡Eres la más bella mujer en Exhekar! —grita el Kaevalery, desesperado.

— ¡Y la más inteligente! —exige la Shatevalery, mordiendo más fuerte a su pareja.

— ¡La más inteligente!

— ¡Y que me amas mucho!

— ¡Mucho se queda corto! ¡Mi amor por ti no puede ser medido y no hay frase que sea capaz de representarlo!

— ¿Eh? ¿En serio? —Saz se detiene y se ruboriza. Luego, su expresión se suaviza y comienza a sonreír con una gran alegría—. Je, je, je. Así que eso piensas de mí... ¡Ay, yo también te amo! —grita eufóricamente, abrazando a su marido y besando su mejilla repetidas veces.

Exhekar Tales II: El Tesoro Ancestral & La Bruja GlotonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora