Exhekar Tales II: El Tesoro Ancestral & La Bruja Glotona

Capítulo 9: [Ruinas de una civilización antigua] (2)

Parte 2

— ¿Están todos bien? —pregunta una voz en la oscuridad.

—Esperen, voy a encender otra antorcha-nyah —comenta otra voz, con un acento extraño.

Una chispa se muestra en las sombras, seguida de una luminosa fuente de luz que encandila a todos por un instante. Los ocho miembros del grupo se reúnen alrededor de la llama y estudian su entorno. Lamentablemente para ellos, el lugar está tan oscuro que apenas pueden ver pocos pasos hacia delante...

— ¡Miren esto! ¡Maravilloso!

...pero eso es suficiente como para emocionar a Sazguljend.

— ¿Qué sucede, encontraste al...? —pregunta Eomstyll, pero antes terminar de formular su interrogación, es tomado del brazo por su esposa y acercado al suelo—. ¡Ay! ¡¿Qué te sucede?!

— ¡El suelo! ¡Mira el suelo! —exclama la mujer con emoción.

El Kaevalery hace caso a su pareja y posa sus ojos sobre la superficie en la que está parado.

—Roca... ¿fundida? —murmura tras estudiar lo que su mujer tanto exclamaba.

— ¡Así es! ¡Roca fundida por todo el lugar! ¡Estamos dentro de las ruinas! —exclama la mujer, dando un brinco de alegría.

Dicho aquello, todos en el grupo, a excepción de Kaljy, estudian la enorme superficie de roca que reemplaza el suelo de las ruinas. No son baldosas como están acostumbrados y es por ello que se mantienen fascinados por la tecnología. Imaginar un mundo lo suficientemente avanzado como para que todas las calles estuvieran pavimentadas con una roca enorme y de forma muy lisa es algo que supera toda fantasía de los habitantes de este mundo. Cabe destacar que lo que observan es asfalto y no es precisamente una roca, pero ellos no podrían saberlo.

— ¡Miren eso! —exclama Megala, contagiada de la emoción del resto del grupo, olvidando su comportamiento usual.

Sus compañeros se dirigen hacia donde ella apunta y se encuentran con un enorme edificio, más grande que las torres de vigilancia, más grande que los muros que defienden las ciudades. Una estructura de unos veinte pisos de altura, algo inconcebible para la arquitectura de cualquier reino conocido. Es increíble para ellos que aquella estructura se mantenga en pie a pesar de los eones que tiene por edad.

Saz apoya su mano sobre uno de los muros del edificio, la edificación se descascara levemente, lo que la asusta. El resto del grupo ríe por su temor, lo que hace que ella se enfade y refunfuñe por un tiempo.

Saz y compañía exploran la zona, observando cada edificio con interés, estudiando la arquitectura y forma de aquellas estructuras. Tina se muestra particularmente interesada en los materiales de construcción, tema que los hace discutir y teorizar por varias horas. Kraslin encuentra un trozo de tela que probablemente perteneció alguna vez a ropas de los habitantes del mundo antiguo, llamando la atención de sus compañeros, quienes la tocan y frotan, comprobando sus delgados hilos.

—Esto no es lana —comenta la chica alada, tras comparar aquel trozo con sus propias ropas—. Tampoco parece algodón... Es rara.

Seguido de aquellas palabras, una nueva discusión se genera en el grupo, imaginando la forma de producción de aquel pedazo y también los diseños de las ropas que vestirían las personas que crearon todo aquello.

Megala encuentra una de las pocas edificaciones que aún posee una puerta en buen estado y propone dormir ahí durante ese día. El resto del grupo asiente e ingresan a la estructura. Cabe mencionar que ellos no saben qué momento del día es, pero se sienten cansados y con sueño, por lo que dormir no es una mala opción. Sus rostros muestran alegría cuando se percatan de que la casa posee camas en cada habitación. Y su sorpresa es grande cuando notan que dichos muebles se encuentran en buen estado, exceptuando la madera que las sostiene, no soportando el peso de Eomstyll cuando este se sienta en una de ellas y rompiéndose como resultado. Los demás intentan contener una carcajada, pero se hace muy notorio para el Kaevalery que ellos se burlan de él.