Exhekar Tales II: El Tesoro Ancestral & La Bruja Glotona

Capítulo 5: [La tierra de los Miguvalery] (1)

Parte 1

El traqueteo de la carreta suena por el camino de tierra en medio del bosque de Shaal. Una deprimida Kinna se muestra durante todo el trayecto hasta la ubicación actual. Kaljy, preocupado, le habla constantemente, a todas horas, intentando subir un poco los ánimos de la chiquilla. Su pequeño e inocente plan de acción funciona levemente, pues si bien mejora ligeramente el estado de la niña, esta se mantiene con el rostro ensombrecido.

Eomstyll y Saz les miran conversar con una sonrisa amarga, sin poder hacer nada útil, ya que la llamada calamidad andante no les tiene la suficiente confianza. Bastaba con notar que Kinna les hablaba con nerviosismo, teniendo un dialecto primitivo, a diferencia de como habla con su amiga felidal y el niño Sofry.

— ¿Podrían tomar un pequeño desvío antes de llegar a su destino? —pregunta Frauen, volando alrededor de la mujer Shatevalery.

— ¿Qué sucede, pequeña? ¿Necesitas algo?

—Sí, es que por aquí Frauen puede enviar el veneno a la diosa.

Las palabras de la diminuta voladora llaman la atención de la historiadora pelirroja, pensando que tal vez la «Diosa» de las Zhanas se encuentra en las cercanías. Curiosa, le pregunta sobre el asunto.

—Hay una ciudad Miguvalery cerca de aquí —explica la personilla.

— ¡¿Una ciudad Miguvalery?! —exclaman los pequeños Sofry, su curiosidad al escuchar aquellas palabras rebalsó todo límite. Eomstyll ríe ante su reacción mientras que su esposa levanta la cabeza en señal de tener una idea.

— ¿Podríamos entrar a esa ciudad? ¿Nos darías el permiso?

— ¡Pues claro! —asiente la Zhana—. Frauen sabe que no son mala gente. De seguro los reciben con los brazos abiertos.

— ¡Muy bien, chicos! ¡Tendremos un desvío!

Ante la exclamación de la Shatevalery se oye una queja del grupo de Tina, pero es ignorada y cambian el curso de su camino.

— ¿Quieres visitar a los Miguvalery? —pregunta el Kaevalery a su mujer.

—Sólo mira la reacción de los niños. Quizás sirva para mejorar los ánimos de todos. Además, tenía planeado preguntarles en algún momento sobre el objeto ancestral.

Guiados por la diminuta niña alada, el grupo se adentra en el bosque, luchando contra matorrales y algunos monstruos irrelevantes en el camino, hasta encontrarse con un árbol peculiar.

A diferencia del resto de vegetación en la zona, este árbol supera la altura media de todos los demás. También posee un tronco más ancho y sus hojas son de una coloración más bien rosada, contrastando con el verde de sus pares. Por si no fuera poco, este árbol se muestra rodeado de una presencia poderosa. Cualquiera que se acerque a él, lo hará con cierto grado de respeto, casi como si perteneciera al mundo divino en vez del terrenal.

—Así que aquí también había una ciudad de ellos —comenta Saz, casi en un murmullo.

— ¿Conoce a los Miguvalery desde antes, señorita Saz? —pregunta Kajy, con curiosidad.

—Sí, hace un tiempo atrás estuve dentro de una de sus ciudades, disfrutando de un festín.

— ¿Qué son los Miguvalery? —pregunta Tina, pero es ignorada, cosa que le enfada y comienza a fastidiar a la mujer-gato para que le responda, pero ella no sabe explicarse bien y finalmente la chica se rinde, gruñendo de forma hostil.

—Descuida, chica, los conocerás pronto —dice Saz, con toda confianza.

Frauen comienza a volar y se acerca al gran árbol, le hace una profunda reverencia y carraspea ligeramente. Antes de que Tina pregunte qué es lo que planea hacer, la diminuta chica se dispone a cantar una melodía.