Parte 4
— ¡Este es el gran héroe, Arlen! —se oye exclamar a una mujer emocionada frente a una estatua de un Kaevalery muy serio, con una armadura pesada sobre sí. Un grupo de jóvenes la escucha atentamente, rodeándola y tomando notas sobre pergaminos. Apoyado sobre un muro, se encuentra un hombre rubio y calvo, quien la observa con una leve sonrisa.
—Parece que se divierten —comenta otro hombre, un anciano Shatevalery, de cabellera blanca por las canas y vistiendo de una capucha verdosa con adornos dorados.
—Ella siempre ha sido así desde que tengo memoria. Le encanta aprender de la historia y luego enseñarla a los demás —contesta el primero.
— ¿Cómo está su pequeño compañero, señor capitán?
El Kaevalery cierra los ojos y se mantiene en silencio por pocos segundos antes de contestar aquella pregunta.
—Ahora está bien —dice finalmente.
—Mi médico me dijo que había muerto, ¿se habrá equivocado? —El anciano pronuncia aquellas palabras en un tono ligero y despreocupado, pero el capitán de la guardia sabe muy bien que eso es sólo una manera de actuar de esta persona.
—No creo que se haya equivocado, pero no sé qué es lo que sucedió tampoco. Mis disculpas, mi rey, no puedo responder a eso. —El Kaevalery hace una reverencia, mostrando su rostro preocupado—. Por cierto, ¿qué le indujo a encontrarse conmigo de esta manera?
—En parte es porque este viejo Shatevalery quiere tomar algo de aire fuera del castillo, tengo hijos que se pueden encargar ya de los asuntos de gobierno —dice el monarca encapuchado, soltando pequeñas risitas—. Por otro lado, aunque de seguro ya lo sabes, debo informarte que la Federación Maquinista está enfadada.
—No es nuestra culpa que la federación se metiera sin permiso en nuestro territorio para cazar a la gente-árbol —replica Eomstyll, preocupado. Aprieta los puños para reprimir su frustración, pero no puede evitar expresarla en su rostro.
—No, no lo es, pero es lo que sucedió. Del reporte que nos envió, al parecer no pudieron huir del lugar y en vez de eso, se enfrentaron a uno de los agentes de esa nación, venciéndolo.
El Kaevalery baja la mirada al escuchar esas palabras, manteniéndose en silencio.
—Sabes lo que significa, ¿verdad? —pregunta el regente, con respeto y cierto aire de tristeza.
— ¿Cuánto tiempo? —consulta Eomstyll, ya sabiendo que nada puede hacer para dar vuelta la situación.
—Una semana y dos días
—Es muy poco. Quisiera que al menos fuera un mes.
—Sabes que no podemos aplazarlo tanto, ya tuvimos suficientes problemas con que aceptaran las dos semanas acordadas iniciales.
—Entiendo. —El capitán de la guardia siente una opresión en el pecho, quiere gritar ahí mismo, pero se resiste. Al final se limita a murmurar para sí—: entiendo, pero...
—Disfruten estos días. Bailen, rían, sean felices. Si lo deseas, puedo ayudarlos con ese pequeño viaje suyo. —El monarca sonríe amargamente, desviando su mirada hacia la Shatevalery manca que habla con los jóvenes interesados en la historia. Aquello no parece ser del total agrado del Kaevalery.
—Gracias por su preocupación, pero creo que nos las arreglaremos en el tiempo restante.
—En verdad lo siento. Eres amigo de mi hijo y hasta ahora no has hecho nada que pusiera en riesgo la confianza que te hemos brindado. Que sepas que siempre hemos valorado tus esfuerzos y tus logros.
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Exhekar Tales II: El Tesoro Ancestral & La Bruja Glotona
FantasyUn artefacto más antiguo que la historia del mundo. Un grupo de personas curiosas que desean saber sus orígenes. Una bruja que devora todo a su paso. Esta historia habla del viaje de unos aventureros que desentierran los secretos del mundo en el que...