Semana 1

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POV ANASTASIA

Tengo frío. Algo extraño, siendo que las veces que hemos tenido frío en la isla, solo con esconderme en los brazos de Cristian funcionaban. El sonido de las sirenas proveniente de la calle me asusta. Termino sentada en la cama.

¿Cama? Miro a mí alrededor y es cuando me acuerdo que ya no estoy en la isla. Cristian está a mi lado, durmiendo plácidamente pero, yo no puedo. El sonido que hay fuera de la casa, aun siendo de noche, me desconcierta y hace que el sueño se vaya.

Tomo una respiración profunda cuando, decido salir de la cama. No conozco la casa pero, creo que me puedo arriesgar a caminar por los pasillos. Salgo sin hacer ruido y me coloco un de los buzos de Cristian que están el closet. Son demasiado grande para mí pero, es lo más grueso que encontré en este lugar.

Rubio, también se baja conmigo y me sigue. Camino por varios minutos y llego hasta lo que creo que es la cocina. Veo que hay una puerta que da hasta un jardín. Salgo con cuidado y llego hasta una terraza. Está rodeada de rosas y no puedo ver que otros tipos de flores. Me siento en una de las sillas que hay y Rubio, se sienta conmigo. La silla, es de fierro y es igual que un columpio pero, mucho más cómodo.

Debería de haber traído algo más para cubrirme pero, no sabía que saldría de la casa. Esto es todo tan distinto. La casa de los padres de Cristian es hermosa pero, es algo que jamás hubiera imaginado tener cerca.

Quizás cuando pequeña sí, pero no ahora. Supongo que al empezar una relación con el joven más ricos de Seattle, me hace pensar que lo que tenía, no era nada. Me da miedo pensar que la sencillez de mi vida va a cambiar para siempre.

-pienso... que este aquí fuera es porque no puedes dormir y no porque te quieras enfermar- dice Cristian. Lleva puesto un pijama y trae unas frazadas en sus brazos.

-pensé que estabas durmiendo. No podía dormir y baje a la cocina para beber algo pero, estaba nerviosa o ansiosa. No puedo descifrarlo ahora. Supongo que volver a esta realidad no es lo que pensaba- digo y muerdo mi labio inferior.

-¿A qué te refieres con volver a esta realidad?- pregunta sentándose al lado de rubio. Me tiende una de las frazadas y me mira.

-esta es tu realidad. Casa grande, con jardines grandes y comodidad por todos lados. No es la mía. Yo estoy acostumbrada a estar con lo mínimo y hacer muchas cosas con eso- digo y el suspira.

-desde ahora en adelante van a haber muchos cambios. Empezando donde vivirás. No te alejaras de mí y mucho menos te llevaras a mi hijo de mi lado. Lo sabes desde hace mucho tiempo. Esta relación es completamente distinta a la que tuve antes. Sé que tengo que arreglar el tema de mi divorcio pero, no vas a volver a tu departamento. Eres mía y tienes la obligación de quedarte conmigo- dice y me da risa escuchar su tono mandón.

-no viviré en un departamento a varios cientos de metros sobre el nivel del piso. Sufro de vértigos y no podría mirar por las ventanas. Además, Sky y las gallináceas tampoco pueden vivir en ese lugar, ellos necesitan espacio y corre por donde se les dé la gana- Cristian me interrumpe con un beso. Rubio se queja y se baja para darnos espacio.

-ellos están bien. Están en una casa de un conocido de la familia que tiene un lugar donde pueden estar por mientras. Ellos se vendrán con nosotros y no quedaran en ese lugar para siempre. Tengo una idea de donde puedan estar con nosotros pero, ese necesitara una inversión y tiempo- dice cuando termina el beso. Me acerco a sus brazos y el me recibe gustoso. Nos escondemos entre las frazadas y termino sentada en su regazo.

-mi papá no va a estar muy contento con esto. Cuando hablábamos de un supuesto novio, se tensaba y cambiaba el tema. No sé cómo reaccionara ahora que tengo un novio y que más encima le voy a dar un hijo. Tengo miedo de esa reacción- digo y Cristian besa mi frente.

60 SemanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora