Semana 8

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POV CRISTIAN

-Andrea, no quiero que Leila ingrese a este edificio bajo ninguna oportunidad. No quiero que esa mujer entre para hacer algún show. Si tanta fama quiere, que la haga desde la puerta hacia fuera de la empresa. Todos en la sala principal lo saben y tienen órdenes de no dejarla entrar y si ella lo intenta, deben de llamar a la policía. La última vez que vino, tenía un contingente de prensa esperándola en la salida e hizo su show de siempre. Quiero estar tranquilo y con ella cerca no puedo. También, quiero que mandes a cambiar todas las cerraduras y códigos de Escala. No quiero que tenga acceso a ninguna de mis cosas. Más a la noche, cambiare las claves de mi cuentas y necesito que mandes un memo a cada servicio de esta empresa, donde se aclara que, para cualquier pago debe llevar mi firma. Desde ahora en adelante, cada avance, cada propuesto, todo lo que tiene que ver con la empresa y los fondos los manejo yo- digo. Andrea asiente con la cabeza un poco confundida pero, inmediatamente se pone a hacer lo que le pedí.

Entro al despacho y me siento en mi gran silla mirando a la cuidad. No voy a deja que esa mujer me vuelva loco y que desespera a mi familia. Ana tiene razón. Esa mujer es un peligro y ya me canso. Cada estúpida entrevista que está dando, sacando más dinero y dejando mi imagen por el suelo. Pero, lo que hizo ayer, supero todos los límites.

Estábamos con Ana, trabajando con unas manualidades que estaba haciendo para los niños de sus clases, cuando llego mi madre enojada a la sala. Ana llevaba unas calzas sueltas y una camisa cómoda. Puede que al trabajo, vaya vestida bajo un estilo formal pero, en la casa, es completamente sport, por decirlo de una manera. Ella se sorprendió a ver a mi madre tan enojada pero, no dijo nada. Siguió trabajando en sus cosas pero, yo quería saber.

-¿Qué es lo que ocurre?- mi mente en ese momento estaba pensando muchas cosas y ninguna de ellas era buena.

-que esa mujer me está colmando la paciencia- dijo mi madre enojada. Busco con la miraba algo hasta que se levantó y se sirvió dos dedos de whisky. Eso era completamente raro en mi madre. Fuera la hora que fuera, ella jamás bebía.

-¿De quién estás hablando?- digo. Le entrego una imagen a Ana. Ella asiente con la cabeza y me besa suavemente en los labios. Es como un agradecimiento por ayudarla, aunque me gustaría decirle que no es necesario.

-de Leila. Esa mujer fue a mi consulta para hablar conmigo. No tenía tiempo para atenderla porque estaba con un pequeño que estaba complicado, muy complicado e hizo una escena, de esas que te da vergüenza. Al final tuve que llamar a seguridad para que se fuera pero, cuando iba saliendo, llego la prensa y, ¿Sabes que es lo peor?- me pregunta y se bebe las dedos de whisky de un trago –que quede como la mala. La prensa me ha tildado como un ogro de suegra. ¿Yo? ¿Grace Trevelyan Grey un ogro? Eso jamás. No sé qué va a pasar con la consulta pero, creo que necesitare vacaciones lo antes posible. No quiero tener que ver a esa mujer de nuevo y mucho menos en mi consulta. Esta noche hablare con tu padre, para colocar una orden de alejamiento. Tengo los videos donde se ve claramente como empieza a hacer su show- dijo y suspiro pesadamente.

Me sentí fatal con eso. Mi madre también estaba saliendo damnificada con mis errores. Esa tarde hable con ella y me hizo darme cuenta, que yo, no tengo la culpa de que esa mujer me haya culpado por tantos años pero, lo que le costaba mucho entender, era como podía dejar que ella siguiera mintiendo de esa manera. Hablamos por varias horas, hasta que Ana nos fue a buscar para cenar.

La cena fue buena pero, no tenía mucha hambre. Además, tenía el estómago revuelto y no quería terminar vomitando otra vez, lo cual ocurrió cuando fuimos a dormir. Ana estuvo a mi lado, por más que le pedí que me dejara solo. Ella estuvo a mi lado y sin que le dijera nada, me trajo una taza de té y me paso un paño húmedo por la cara. No dijo nada. Solo me ayudo a desvestirme y se acomodó conmigo en la cama. No me pidió nada, solo me abrazo y sin darme cuenta, me quede dormido y descanse después de muchos días.

60 SemanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora