Semana 35

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POV ANASTASIA

-respira. Toma aire por la boca y luego por la nariz. Las contracciones que estas sintiendo son solo el comienzo del trabajo de parto. Por lo menos, te quedan un par de horas aun para que tu cuerpo esté listo para expulsar al bebé. Instalaremos un monitor para tenerlos vigilados a los dos y así poder controlar el trabajo de parto- dice la matrona que está a mi lado. Ella, junto con la obstetra se ha portado muy bien conmigo y más, cuando las llame para decirle que había roto fuente en medio de una crisis nerviosa.

-está bien, es solo que me asuste. Tengo solo 38 semanas de gestación y me faltan dos- digo y ella se ríe.

-con los bebés eso pasa. No hay nada establecido en el tema de fechas. Ellos simplemente llegan cuando quieren y hay algunos que tenemos que sacarlos porque pasan las semanas y es riesgoso tanto para ellos como para la madre. No tienes por qué asustarte. Eso pasa siempre- dice y asiento con la cabeza. Me queda claro pero, igual me asuste.

-cuando me di cuenta que había roto fuente, pensé que algo malo iba con mi embarazo pero ahora qué me cuentas que es normal creo que estoy un poquito menos asustada-dije y ella me sonrío sinceramente.

-el embarazo para una mujer primeriza es muy difícil de establecer, ya que puede que lo que uno piense que va a ocurrir no pase, pero en tu situación estás bien. Como van las cosas no creo que sea necesario una cesárea por ahora, pero lo ideal es esperar- dijo y asentí con la cabeza estaba un poco preocupada porque Cristian estaba donde su madre y le había llamado, pero su teléfono estaba apagado después de la conversación del nuevo hermano, él y mi padre estaban viendo la posibilidad de encontrar mayor información de esta nueva persona en mi vida cosa que no se ha podido, ya que no hay antecedentes de él o del nombre que decía la tarjeta. Eso parecía muy raro y sospechoso.

En ese momento la matrona salió en busca de una enfermera para que pudiera colocarme una vía venosa y así poder tenerme hidratada, eso me dio tiempo para pensar. Después de la conversación que tuve con mi padre respecto a este nuevo hijo de mi madre, él me hizo entender que lo más probable es que mi madre tenía un pasado que él no conocía y por ende, no podía hacerse cargo pero tenía amigos en los cuales podía confiar y a los cuales podía pedir ayuda. Me dijo que estuviera tranquila y que no confiará en nadie, absolutamente nadie, salvo en nuestra propia familia.

Es así como durante estos días no he tenido ni una noticia de mi madre o de la ex de Cristian, según los abogados del mismo, interpusieron una demanda por falsas calumnias y las dos están en la cárcel. Eso no es nada nuevo.

Aun no entiendo cómo Leila se arriesga tanto sabiendo que puede terminar en la cárcel, pero creo que el poder del dinero es capaz de comprar hasta el alma más pura en este mundo y eso da miedo, ya que te da entender que en cualquier momento tu tranquilidad se puede ir a la punta del cerro.

-¡Ay! Esto duele- me quejo cuando una contracción cruza de lado a lado mi vientre. Necesito a Cristian y él no llega.

Miro el teléfono nuevamente y ha pasado casi una hora desde que lo llame. supongo que tiene que estar ocupado. La matrona junto con la enfermera me revisan constantemente y cuando una contracción lo bastante fuerte como para hacerme llorar, aparece, lo llamó. El teléfono suena una vez y el responde.

-nena voy en camino. Hay un taco gigante en la Interestatal. Llegó en unos minutos- dice y puedo oír en su voz que está completamente nervioso.

-¿Quién está conduciendo el auto? Si estás conduciendo, es mejor que te tranquilices. No quiero que Teddy quede huérfano antes de nacer. Suficiente tengo con los dolores como para tener que preocuparme por ti- digo y escuchó que regaña a Taylor por detenerse en un semáforo en rojo.

60 SemanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora