60 Semanas

Semana 4

POV ANASTASIA

-Ana ya dije que te quedaras fueras de esto. ¿Cuál es la parte que no has entendido con relación a esa frase?- dice molesto. No me gusta que actúe así.

-Cristian, solo te estoy pidiendo que hagas algo contra esa mujer. La última mentira que ha comenzado a decir es que soy una caza fortuna oportunista. Ella no me conoce y está destruyendo mi vida- digo haciendo que el suspire pesadamente.

-Ana, esto no es asunto tuyo. Es una pelea que ha habido desde año entre nosotros dos y no quiero que participes de ello. Quédate fuera de esto- dice y suspiro.

-¿Te estás dando cuenta que al tenerla de esa manera, haces que ella se sienta más en contacto contigo? Esa es la forma en que ella te mantiene a su alrededor. Debes de ponerle un alto a esto. Quiero tener una relación contigo, con el hombre que amo. No tener a su esposa, porque aún no te divorcias, metida siempre en nuestra relación- digo.

-es la madre de mi hija. De alguna manera también tendrás que vivir con ella y su recuerdo- dice. Sus palabras no me gustan porque me están diciendo lo que no quería escuchar. Aunque ha entendido que esa mujer le ha hecho más daño que cualquier persona en este mundo, sigue con la estúpida idea que están unidos por la existencia de Hope. Tengo que reconocer que es cierto, pero, ella no puede decir por él y mucho menos seguir interfiriendo en su vida, porque está poniendo en duda si esta relación podrá existir en un futuro.

-sabes, me está causando cierto dolor de cabeza el tema que tienes con Leila. Es más, si no te conociera un poco, pensaría que aun sientes algo por ella- digo y se detiene bruscamente. Estaba a punto de buscar algo en el mueble que está a un lado del closet. Se da vuelta y me mira con el ceño fruncido.

-¿De qué mierda estás hablando, Anastasia?- dice enojado.

-la verdad. Estoy cansada que no quieras hacer nada por arreglar esta situación. Te importa bien poco lo que la gente opine de ti pero, a mí sí me importa. La gente habla de ti como si te conociera y ha dicho muchas mentiras. Están manchando tu imagen y más temprano que tarde también manchara la de nuestro hijo. Si no quieres hacer nada por tu imagen, bien pero, si en los siguientes meses salen cosas horribles de mi hijo, de nuestro hijo, Cristian, te juro por lo más sagrado que tengo, que me iré y dejare que te sigas revolcando en tu propia mierda y me llevare a mi hijo. Me está cansando esta situación. Pensé que realmente me amabas pero, con esto, con tus miedos, no quiero seguir- digo y él se tensa.

-¿Estas pensando en dejarme?- dice apretando las manos con fuerza.

-¿Qué quieres que diga cuando siempre sacas a relucir a tu esposa? En cada discusión que hemos tenido, cuando no estamos de acuerdo siempre sale ella. Estoy segura que sería más feliz con ella y su mierda- digo. Agarro mi camisón de dormir y me encierro en el baño. No quiero seguir luchando contra esto. Sencillamente es como si el corazón de Cristian estuviera dividido y no sabe que parte dejar ir y yo no estoy para esos juegos.

Me desvisto y entro en la ducha. Ojala y Cristian no llevara ese peso tan pesado sobre sus hombros. Como me hubiera gustado que las cosas fueran diferente para él. Aunque si no hubieran pasado las cosas como pasaron, no nos hubiéramos conocidos. El agua tibia, comienza a correr por mi cuerpo y por fin el calor comienza a surgir en él. Quiero que haga algo con ella. No es bueno que la siga teniendo cerca. ¿Por qué no es capaz de entender eso?

10 minutos después y una gasto innecesario de agua, salgo de la ducha y me visto. Seco mi pelo y lo peino, haciendo una trenza simple. Mañana es sábado y no tengo nada que hacer salvo dormir. Y supongo que podré hacer eso, ya que el estado de ánimo de los no está para nada. Suspiro y vuelvo a la habitación. Rubio está esperándome en la puerta del baño y le hago cariño. Cuando voy a la cama, Cristian está dándome la espalda. No tengo sueño, es más, no quiero estar cerca de él cuando esta tan cerrado con todo lo que ha pasado. Salgo de la habitación con Rubio y me voy a la sala donde está el piano.