Semana 20

4.6K 491 22
                                    

POV CRISTIAN

-debes de estar tranquilo. Este es el juicio final. Hoy sabremos la sentencia de la justicia en relación a tu denuncia contra tu ex esposa. No sabemos qué es lo que hará esa mujer pero, estoy seguro que la prensa estará cerca. Ella quiere permanecer en la televisión sin importar lo que eso conlleve a la otra persona. Si es así, lo podemos utilizar como defensa en este juicio. Es un caso más, no debería estar la prenso involucrada- dice mi abogado. Estamos en el juzgado y llegamos dos horas antes. A fuera, había unas cuantas cámaras y reporteros pero, ahora está plagado de ellos. Creo que mi abogado tenía razón.

-de acuerdo. Solo quiero que esto termine y quede liberado de esto- digo.

-sabes que tenemos un as bajo la manga pero, eso puede provocar muchas cosas más. Una de ellas, es que afectaría a tu hombría y te dejaría como un hombre estúpido que fue seducido por una mujer calculadora- dice y suspiro.

-lo sé. Nadie lo sabe, salvo tú y la persona que hizo las pruebas. No quiero que salga a la luz porque mete a un ser indefenso en esto y me da miedo, que la justicia haga algo en contra de su recuerdo- digo y el asiente.

-veamos qué es lo que ocurre. Hoya sabremos qué es lo que la justicia piensa de todo esto y como podremos terminar con una relación tan toxica que gracias a ella, aun no se ha podido terminar- suspiro. Ana me ha mandado varios mensajes de apoyo. Está en la escuela trabajando con sus niños. Tengo una sensación desde la mañana y sin que lo supiera, mande tres hombres más a que la cuidaran y vigilaran los alrededores de la escuela. Puede que llevemos 7 meses de relación pero, alguien puede haber dicho algo y ahora, sea ella la victima de la prensa y estando embarazada es mucho estrés para soportar.

Entramos a la sala donde mi futuro será dicho y me siento en el lugar que me indica mi abogado. Tengo el estómago destrozado y tengo ganas de vomitar. Aún no han pasado los seis meses y mi padre ya me lo había advertido. Estamos hablando tranquilamente de los puntos que más importancia tienen, cuando sentimos que un gran alboroto se viene acercando.

Cierro los ojos porque se de quien se trata. Las puertas se abren de golpe y de par en par. Leila ingresa vestida como para una fiesta de gala, seguida por su abogado y por sus padres. Levanto una ceja pero, no digo nada. Mucho menos cuando me lanza un beso. Las náuseas vuelven a mi cuerpo.

-tu ex mujer, es un caso raro- dice mi abogado.

-creo que raro no es el mejor adjetivo. Creo que loca le queda perfecto- digo en medio de un gruñido. Toman asiento en el otro escritorio y de reojo me percato que esta mirándome. Sigo hablando con mi abogado y hago como que no existe, ya que no es importante en mi vida.

Diez minutos después el juez llega. Todos nos levantamos y cuando toma posición en su lugar, todos tomamos asiento.

-buenos días. Estamos aquí para dar solución al problema que existe entre la Señora Leila Grey y el Señor Cristian Grey. Tengo evidencia que han entregado ambos abogados para dar crédito a las demandas de cada uno de los presentes. Antes que nada, le pido a la Señora Grey que pase al podio para entregar su testimonio, ya que es la demandante y por ende, le corresponde exponer lo que quiere- las náuseas vuelven a mí al escuchar mi apellido con el nombre de esa mujer. Sé que no estamos divorciados aun pero, no debería seguir usándolo. Leila se levanta como si fuera la estrella más importante del mundo. Jura decir la verada y luego se sienta.

-muchas gracias su señoría- dice tomando ubicación en el pequeño podio a un lado del juez -Como bien saben, soy la esposa del Señor Cristian Grey y la madre de su hija, no nacida. Estoy aquí, ya que ese hombre, que no debería ser consideramos como tal, me está exigiendo el divorcio para poder revolcarse con cualquier caza fortuna que se le cruce por delante. Para mí, eso es inaceptable. Ese- me indica con el dedo –me ha hecho mucho daño y puedo dar fe que no es un hombre que merezca ser amado. Él fue el culpable de la muerte de mi hija, él fue el culpable que no pueda tener alguna descendencia. El me empujo por las escaleras cuando tenía solo 6 meses de embarazo y el golpe fue tan fuerte, que perdí a mi bebé. Me dejo sola en el hospital, no me ayudo, no me consoló, no me dio ni un poquito de cariño. Simplemente, me dejo y se olvidó de mí. No encuentro que sea justo. Yo le di mi corazón y mi amor, y lo único que recibí fue daño, mucho daño- dice mientras se limpia las lágrimas que van cayendo por sus mejillas. Por eso la contrataron como actriz, porque lo hace muy bien.

-¿Qué es lo que está pidiendo en concreto?- pregunta el juez.

-una indemnización, de por vida. Considero que el daño que hizo a mi vida y a mi familia no tiene como pagarse. El provoco que no pudiera ser madre nunca más y les privo a mis padres la oportunidad de ser abuelos. El daño mi cuerpo, mi corazón pero, sobre todo mi mente. Estuve mal por mucho tiempo y todo por culpa de lo que paso esa noche- cierro los ojos y contengo las ganas de vomitar. Esa mujer me da náuseas y su actuación también.

-comprendo. En mis registros tengo los ingresos por ambas partes y me sorprende la cantidad de dinero, mensualmente, que recibe por aparecer en la televisión, en revistas, en páginas web y en muchas obras en la actualidad. Usted me dice que no ha recibido nada del Señor Grey pero, mis investigadores han demostrado que casi, el 95% de esos ingresos son gracias a la relación que tuvo con él y lo que sucedió entre ustedes. Eso, para cualquier persona y para mí, es un ingreso a base de la imagen de una persona, por lo tanto se considera indemnización- dice el juez. Leila palidece un poco pero se recupera.

-pero es mínimo- dice.

-8 millones de dólares en menos de dos años, no es mínimo. Más cuando el que ha salido perjudicado en los medios, es su esposo. Esos 8 millones se generaron a través del daño público y moral de su esposo ante millones de personas y lo hizo por rencor. Creo que su forma de actuar ha dictado un camino erróneo en su vida y lo que ha hecho hasta el día de hoy, no es justo ni para su esposo ni para usted misma. Por favor tome asiento. Necesito que el señor Grey pase al podio- tanto mi abogado como yo, quedamos sorprendido por las palabras del juez. Me levanto y espero que leila tome asiento para pasar. Prometo decir la verdad y luego tomo asiento en la silla.

-señor Grey, tengo una demanda en su contra por varios millones de dólares pero, me gustaría conocer su parte. Creo que todos conocemos la versión de la Señora Grey porque no ha perdido tiempo en hacerlo público pero, nadie conoce su versión de los hechos, ya que siempre se ha mantenido alejado de la prensa- dice y suspiro.

-conocí a la señorita Williams en una de las cenas a las que tengo que ir por ser accionista de algunas empresa. Creí que era una bella, de buen corazón y me comenzó llamar la atención. Salimos, creí que la empezaba a conocer y cuando pasaron unos cuantos meses de relación, me dice que está embarazada. Vengo de una familia muy unida y por lo que me enseñaron, pensé que lo mejor para ese bebé, era nacer en la protección de una familia y bajo las leyes de nuestro país. Esos fueron los motivos por los que le pedí que nos casáramos. Cuando cumplimos dos meses, me di cuenta que la mujer que pensaba que era, no era ni el 1 por ciento de la realidad. Era envidiosa, egoísta, calculadora, manipuladora pero, sobre todo interesada. Se movía por el dinero. Todas las cosas que mencione anteriormente fueron mermando el amor que tenía por ella y al final solo pensaba en el bebé que venía en camino. Y ella se dio cuenta. Ella fue la que comenzó la discusión esa noche, estaba como ida y cuando vi que se acercaba a la escalera, me acerque para detenerla pero, fue muy tarde. Ella se lanzó por las escaleras. La acompañe hasta el hospital pero, no me dejaron entrar a pabellón. Le realizaron una cesárea de emergencia y lo peor fue, que ella quiso que nuestro bebé no tuviera una sepultura. Junto con mi madre, la inscribimos en registro civil. Tiene un nombre y tiene una lápida pero, no gracias a su madre. En los papeles que le entrego mi abogado, sale que en el certificado de nacimiento, solo sale mi nombre porque ella no tiene mamá- digo. Intento controlar mis emociones.

-¿Por qué no se defendió cuando la señora Grey comenzó a hablar en los medios?- pregunto el juez.

-porque no me interesa caer en el juego de ella. Lo único que le importa es el dinero y lo único que me importa a mí, es mi familia y mi tranquilidad- digo. El juez suspira y busca el documento.

-¿Qué es que exige como contrademanda?- me pregunta. Miro a mi abogado y asiente.

-dinero no quiero. Quiero una disculpa pública por el daño moral y público que ha hecho en mi día los últimos dos años y quiero el divorcio, más una orden de alejamiento que incluya a mi familia y a la persona que escoja como pareja. Además, no quiero que mi apellido salgo de su boca. Si ella me nombre en alguna revista, algo de interés público, tendrá que pagar, ya que estoy cansado que ocupe mi nombre para ganar dinero. No quiero saber nada de ella. La quiero fuera de mi vida para siempre- digo. El juez asiente pero, lo único que escucho son los gritos de indignación de leila.

AQUÍ DEJO UN SEGUNDO CAPITULO EN ESTA HISTORIA... 

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO EL CAPITULO... 

LOS QUIERO Y NOS LEEMOS PRONTO... 

BESOS...

60 SemanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora