Semana 3

6.9K 632 39
                                    

POV ANASTASIA

-¿Estás bien?- le pregunto a Cristian que está saliendo del baño, después de darse una ducha. Ha estado con tanto trabajo que sus horas de sueños se han reducido a la nada misma.

-no. Me duele la cabeza y pensé que con una ducha se me pasaría- dice. Su voz es casi un susurro. Me levanto de la cama y voy a su lado. Me gustaría darle un masaje, pero, no está de ánimos para nada. Así, voy a la cocina y busco un té de hierbas. Grace me contó hace unas noches atrás, que antes de que apareciera en su vida, pasaba casi toda la semana desaparecido. Me decía que le preocupaba el amor que tenía por su trabajo y el poco tiempo que pasaba con la familia. Vuelvo a los minutos a la habitación y está sentado en la cama, envuelto solamente con la toalla mirando a nada.

-ten. Te traje un té y una pastilla para el dolor de cabeza- digo. El asiente. Toma la pastilla en su mano y se la bebe junto a un trago de té.

-deberías estar durmiendo- dice y sonrío.

-estoy más preocupada por ti, que por otra cosa- digo acariciando su mejilla.

-las cosas no están saliendo como esperaba. Después de la visita de Samantha, creo que la poca tranquilidad que nos quedaba se fue a la punta del cerro. Jamás hubiera imaginado que Leila estuviera pensando en hacer eso. ¿Qué es lo que quiere esa mujer de mí? ¿Volverme loco? ¿Acabar con la poca vida que me queda?- me pregunta y el dolo que hay un su voz, hace que mi corazón duela.

-no le des importancia a las cosas que haga esa mujer. Eso es lo que quiere. Quiere seguir teniendo tu atención y eso está mal. Ella ya no forma parte de vida, nada que tenga que ver con ella tiene que importante, salvo la existencia de Hope. Por favor, no dejes que ella te destruya. Si le das poder, jamás saldrá de tu vida- digo. El suspira y cierra los ojos. Sabe que tengo razón, pero, no le gusta que la tengo.

-eso es fácil para ti decirlo. No eres conocida y nadie ha manchado tu imagen como es mujer lo ha hecho conmigo. No quiero que nada te pase y si ella hace lo que Samantha dijo que haría, la matare. Juro que la matare, esa mujer me tiene cansado y soy capaz de matarla- dice enojado.

-Cristian- digo mientras lo intento controlar.

-no Ana. Esto es peor de lo que pensaba. Ella va a decir a los cuatro vientos que le fui infiel durante años y que este viaje era para unir más los lazos con mi amante. No quiero que te hagan daño. No quiero que salgas lastimada y mucho menos mi hijo. Ella puede decir lo que quiera de mí, pero, si empieza a hablar de ti, lo pagara muy caro. Estoy cansado de sus estupideces y está llegando al punto de que no quiero saber más de nadie. Me gustaría seguir en la isla. Donde solo estábamos tú y yo. Donde nadie nos hacía daño- dice levantándose de la cama. Muerdo mi labio inferior.

-¿Y qué es lo que vas a hacer?- digo.

-aún no lo sé. Pero los planes han cambiado. Nos quedaremos unos días más en la casa de mis padres. En dos semanas más, me entregan la casa que compre terminada. En esos días llegaran los animales que nos trajimos de la isla con nosotros- dice y frunzo el ceño.

-¿Compraste una casa? Me dijiste que tenías la intención de comprar una casa con un gran patio, no que ya la habías comprado- digo sorprendida.

-en realidad, compre la casa para nosotros, pero, la compre a tu nombre- abro los ojos asombrada.

-¿Qué demonios? Cristian, te dije que no quería que me comprarás nada. Solo con tenerte a mi lado me bastaba. ¿Por qué me quieres volver loca?- digo dejándome caer en la cama y es la primera que vez que lo veo sonreír desde que llego en la tarde.

-lenguaje, no queremos que el pequeño sepa antes de nacer esas palabras y no, no te quiero volver loca. Sencillamente quiero que estés feliz y tranquila en un lugar donde puedes estar protegida. Eso es lo que buscaba cuando compre esa casa- dice y frunzo el ceño.

60 SemanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora