Semana 58

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POV ANASTASIA

-¿Cuánto tiempo más tengo que pasar en este lugar? No estoy alegando que la atención sea mala, pero quiero estar en mi casa, quiero estar en mi hogar. He pasado el tiempo suficiente como para este dolor haya pasado- dice mi padre. Está en un completó berrinche de niño pequeño.

-papá entiéndelo, tuviste un infarto. Estuviste a punto de morir. Hubieses esperado un poco más y no lo estarías contando. El médico aún no te da de alta porque aún tienes la presión alta y es porque no han podido controlar tu presión sanguínea. Mientras no lo hagas no te van a dejar salir- le digo. el gruñe algo que no logro entender. Odio cuando hace eso, pero no voy a decir nada ya que está molesto y no quiero que terminar haciendo uno de sus shows.

-sé que estuve a unos minutos de morir y que te podría haber dejado sola en este mundo, pero ahora tengo cosas que hacer, tengo que trabajar, tengo que hacer las cosas de la casa. Tengo que mantener mi casa, ya que yo vivo solo- dice y deja de mala gana la bandeja con comida a un lado.

-estás solo porque quieres. Han habido muchas mujeres que quería estar contigo y no le has dado la oportunidad. Si quieres alegar con alguien, alega contigo mismo porque eres tú quien decides y eres tú que está tomando malas decisiones con respecto a tu propia felicidad papá. No quiero seguir viendo como día tras día sigues solo cuando puedes estar acompañado y tener una gran mujer a tu lado- digo y mi padre deja salir un suspiro sonoro.

-¿Te estás dando cuenta que me estás regañando siendo que el padre soy yo?- dice y si me da risa en el tono en que lo dice.

-sí y también te estás comportando como un hijo malcriado- le devuelvo y cuando voy a buscar algo en el bolso que le traje con ropa limpia, el mundo se me mueve completamente y me tengo que firmar en la cama.

-¿Qué pasó? ¿Estás bien? Te has puesto muy pálida. Creo que deberíamos llamar al médico- dice mi padre preocupado.

-no es necesario. Estoy bien. Es normal. ¿Ves el malestar de alguien que quieres preocupa a los demás? Acabo de sufrir un simple vértigo y estás a punto de llamar el médico y aún no has querido comprender que casi moriste- digo un poco molesta.

-ya entendí. No tienes que seguir regañándome tanto. Además no entiendo por qué es normal si tú nunca ha sufrido de vértigos y mareos. Además te pusiste demasiado pálida y pensé que te ibas a desmayar- me dice y creo que podría darle la noticia de su nuevo nieto para ver si eso lo motiva a seguir viviendo y a comportarse como un adulto.

-bueno, algo está pasando en mi vida y creo que sería una buena noticia para que te sigas motivando para que sigas luchando por vivir. Aunque sé que esta noticia desequilibra un poco la vida que teníamos planeado con Cristian, es una bendición y lo estamos tomando bastante bien, solamente que no hemos hablado aún con la familia, ya que no tengo el tiempo suficiente para no perderlo- digo y mi padre frunce el ceño y sus arrugas se hacen notorias. Parece como si hubiera envejecido como diez años.

-Ana, habla de forma clara. En este momento no tengo las neuronas activas como para sacar conclusiones y poder entender lo que me estás diciendo sin irme por otro lado- asiento con la cabeza.

-está bien. Sin rodeos, no me voy a ir por otro camino simplemente estoy embarazada nuevamente- digo y mi padre me mira fijamente por varios minutos y no dice nada.

-¿Estás segura?- pregunta y asiento con la cabeza nuevamente.

-me hice unas pruebas de embarazo y en una semana más tengo el primer control médico. Aparte Cristian tiene todos los síntomas del embarazo y eso confirma las sospechas y también válida la respuesta de las pruebas- digo y me vuelvo para sacarle el pijama que le traje para que se pueda cambiar.

60 SemanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora