60 Semanas

Semana 9

POV ANASTASIA

-¿Estás seguro que podrás presentarte al control médico? No quiero que te metas en problemas con la prensa, además, Leila aún está detrás de ti, después de que pusiste la demanda, además de la orden de alejamiento- pregunto por el teléfono. Hemos tenido una semana de locos con las acciones que han hecho los dos bandos, por decirlo de una manera.

-Ana, aún estoy con náuseas y mareos. Tengo hora esta tarde con un médico para que me dé algo para quitarlas o bajar su intensidad. No soporto más esto y quiero ver si hay algún medicamento que me ayude- dice y suspiro. Tengo tres meses de embarazo y las náuseas y los vómitos no lo han dejado tranquilo. Incluso en la oficina lo está pasando mal. Suspiro. A veces no sé cómo mas ayudarlo y me frustra mucho.

-¿Si estarás?- digo emocionada.

-por supuesto, nena. Tengo la hora media antes que la tuya en el mismo centro asistencial. Así que el médico, me debería ver y mandar las órdenes para los exámenes y me mandara con algún medicamento para tolerar estas malditas nauseas- dice y sonrió.

-¿Seguro que después de esto quieres ser padre otra vez?- digo y escucho que suspira.

-aun no lo sé. Quiero ver si estos meses valen la pena cuando el bebé nazca. Pero, por lo que me ha contado papá, cuando lo cargas en tus brazos, todos los malestares desaparecerán y solo quedas con la sensación más maravillosa de verlo moverse en tu regazo. Creo que tengo que sentir eso para saber si lo que estoy sintiendo vale la pena. Pero, por un hijo, hay que hacer lo que sea necesario para protegerlo...- dice y escucho que no sigue hablando. Hago una mueca porque sé que se trata de las náuseas de nuevos.

-ay, cariño. No sé cómo ayudarte- digo y suspiro. Me gusta la idea de que algo en mi vientre este creciendo y que sea lo mejor de los dos pero, no me gusta que esté pasando por eso.

-tranquila, ya paso. Nos vemos a la tarde en la consulta y por favor, no te alejes de Sawyer. Con eso me das un poco de estabilidad y seguridad. Te amo, nena. Tengo una reunión y no puedo faltar. Cualquier cosa que pase, me llama. No importa si estoy en la reunión, solo llama a Andrea y ella te transferirá conmigo- sonrió. No puede dejar de lado su preocupación por mí.

-también te amo- digo y corto la llamada. Dejo el teléfono en la mesa y sigo trabajando en los trabajos para los niños. En mi computador tengo muchas actividades para que los niños puedan hacer y no se aburran. Termino de confeccionar algunas guías cuando la puerta se abre.

-cuando tu padre me dijo que estabas trabajando en una escuela, pensé que era una escuela privada y con muchos recursos. Jamás pensé que sería una escuela mediocre, que está llena de niños con problemas- reconozco esa voz, aun con los ojos cerrados. Lo bueno es que no se me nota el embarazo, así que no se dará cuenta de mi estado por un tiempo más.

-¿Qué es lo que estás haciendo aquí?- pregunto. Carla se sienta en una de las sillas que está a mi lado y cierro el computador. Si tan mediocre es esta escuela, que le importa lo que estoy haciendo aquí.

-necesito hablar contigo de algo importante y no puedo esperar más- dice y cierro los ojos. Ya sé de qué se trata.

-si vienes a hablar sobre el tema de la donación de células madres, el medico aun no me ha dado de alta como para hacerme ese tratamiento- digo. Ella frunce el ceño y suspira.

-eso no fue lo que me dijeron en el hospital. Según tus reportes, estas en buenas condiciones para hacer la transfusión. ¿Por qué no quieres ayudar a tu hermano? Es un niño inocente que no necesita morir por culpa de tus enojos y odios- dice y maldigo por mis adentros.

-¿Mis enojos y odios? Tú eres la culpable de esta situación. Tú fuiste la que me abandono por elegir a ese niño. Ya lo tienes, está contigo todos los días desde que nació pero yo no. Y hace mucho tiempo que me hice a la idea que no tenía madre. Además, ¿Cómo es eso de que viste mis reportes médicos? Eso es ilegal y puedo demandarte e incluso demandar al hospital por eso- digo enojada. Ella me mira asombrada, jamás pensó que le contestaría así.