Semana 60

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POV ANASTASIA

Las cosas han cambiado en los últimos días y eso me tiene el estómago revuelto. Desde que por fin sabemos quién fue la persona que casi mata a Cristian, la seguridad ha sido duplicada y ahora casi no podemos salir a ningún lado, salvo para comprar las cosas de mayor utilidad y solo Gail puede salir a comprar nuestros antojos.

Creo que Gail la está pasando muy bien con el hecho de tener dos mujeres embarazadas en la casa. No le hemos dicho a nadie de mi segundo embarazo, pero estoy casi segura que todo el mundo lo sabe. Es que Cristian no puede ocultar sus náuseas y vómitos, aunque siempre los ataques le dan en la mañana y en el baño. Hasta Elliot lo volvió loco con sus bromas, hasta que Cristian se cansó y lo mando a la punta de cerro.

-voy a tener que hablar seriamente con Gail para que no les siga haciendo comida tan rica. Siento que me están dejando de lado el momento de comer- dice Cristian que está a mi lado y me da una tentación de risa porque no había pensado en eso. Aunque parezca extraño decidió tomarse un día libre para pasar un día completo con nosotros en la semana. El médico me mandó con unos días licencia para la casa por el tema de que cuando Cristian me contó sobre el dichoso hombre de su pasado y luego cuando hicieron la reunión familiar, se me subió un poco la tensión y el médico prefirió mandarme con reposo una semana y luego volver al trabajo un poco más respuesta y más tranquila.

-no deberías enojarte, Gail simplemente hace comida y que nos gusta y tú no toleras casi nada en tu estómago así que por lo ley ibas a quedar afuera- digo mientras le doy un mordisco a mi pan tostado con mantequilla. Él hace puchero y luego nos da una tentación de risa porque está comportando como niño pequeño.

-no es justo. Yo soy el dueño de casa y yo debería tener ciertos beneficios, pero me lo darán por ustedes. ¡Qué injusto!- dice y se sienta con los brazos cruzados sobre su pecho mirando fijamente hacia Gail, que está muerto de la risa.

-señor, si necesita comer algo me lo puede pedir y yo se lo puedo hacer. Sabe que no tengo problema en cocinar y me encanta. Además desde que la señora Ana llegó a esta casa, pues me he tenido que preparar para la cocina y siempre estar innovando en ella- me dice miente le entrega un pote con frutas dulces para ver si el color le vuelve a la cara.

-no voy a decir nada, pero después me lo cobraré. Y ya sé con qué me lo voy a cobrar- dice mirándome fijamente mientras mi vientre se contrae. Maldita sea, este hombre quiere atacarme en la cama para hacer cosas placenteras, pero con un poco de maldad. Pensándolo bien, no creo que sea tan malo, ya que me ha demostrado que su maldad hace que mi libido suba hasta por las nubes.

-señor, usted se está comportando como un niño pequeño que no está recibiendo atención. Usted sabe que siempre va a tener lo mejor en la mesa, pero en este momento está tan enfermo del estómago que no puede comer cualquier cosa. El almuerzo estará listo en un poco más de una hora y como el clima está dando tregua, creo que podrían comer afuera y disfrutar del paisaje de la casa- dice y al mirar a Ana ella me dice con su sonrisa que no sería mala idea. Además Teddy necesita estar expuesto al sol para ayudarlo con su sistema inmunológico. No quiero que sea como esos niños que no tienen defensas porque los padres los protegen demasiado.

-no sería mala idea y Elliot me acaba de decir que viene almorzar, ya que aunque no lo crean, le dio a sus trabajadores la tarde libre porque tenían que celebrar no sé qué cosa. Al parecer vamos a estar todos juntos para almorzar en familia- dice Kate mientras tomo mi teléfono, ya que acaba de vibrar.

-es un mensaje de Mía. Dice que viene a ver cómo estamos y a pasar un rato con su sobrino. Sólo falta que llames a tus padres y que mi a padre le den el alta para que todos estemos juntos. Eso me hace feliz- digo y Cristian frunce el ceño.

60 SemanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora