60 Semanas

Semana 50

POV ANASTASIA

-papá, sé que lo que te voy a decir no te va a gustar, pero es tiempo de que busques a alguien. Encontré a la persona que más amo en este mundo y que se convirtió en mi compañero de vida. No quiere decir que mi corazón ya no te ama, sólo que estoy formando mi familia y me duele que tú estés solo en una casa donde podrías estar con alguien más- digo y mi padre suspira. Estamos en la sala que Cristian construyó, en la cual se puede ver todo hacia fuera, pero con calefacción.

-ya estoy viejo para eso. El amor ya pasó de mí. Soy un viejo que decidió cuidar lo más preciado que tenía en la vida para que está pudiera encontrar su lugar en el mundo y así lo hizo. Ahora soy un padre que admira su hija y un abuelo baboso que no puede estar lejos de este hermoso bebé- dice y acaricia suavemente el rastro de Teddy que está en sus brazos. Si no fuera porque él tiene que tomar sus siestas y dormir sus horas, creo que Teddy pasaría más tiempo en brazos de lo que debería.

-papá no hay edad para el amor. Eso es una excusa bastante pobre que la gente da para decir que no se puede enamorar. De lo único que doy gracias a esta vida, es que si bien mi madre se equivocó en muchas cosas, eligió al mejor padre para darme. Llevo tu apellido, llegó tu sangre y te llevo en mi corazón. Sólo quiero que seas feliz y que no estés solo. La soledad es una amiga muy traicionera y yo no quiero que te pase algo por eso- digo y mi padre suspira.

-no deberías preocuparte por mí. Soy lo bastante grande como para protegerme a mí mismo y para cuidarme. No me pidas que abra mi corazón al amor, ya que fue el amor el que se robó mi corazón para siempre. Tu madre te puede haber hecho mucho daño, pero me hizo más daño a mí el dejarme por otro hombre. La adoraba, veía través de ella y cuando se fue, cuando supe que me era infiel, fue como si hubiesen hundido un cuchillo en mi corazón y lo hubiesen dejado ahí. Cuando los vi, sacaron ese cuchillo y me partieron el corazón en dos. El día que me dijo que nosotros no éramos importante para ella, fue cuando cerré mi corazón y dije que no iba a creer más en el amor. Salvo en el amor que tenía por mi hija. Ese amor era el que me iba a dar la fuerza para seguir adelante y lo hizo porque no hay hombre, no hay padre que pudiera haber elegido una mejor hija que tú- dice y no puedo evitar terminar llorando. Sé que mi padre sufrió mucho cuando mi madre nos dejó, pero es tiempo que es el dolor se vaya.

-papá sólo quiero que seas feliz. No me enojaría si al final del día tuviera una madrastra porque sería tu compañera, sería tu elección para hacerla tu compañera. Encontrarías una amiga con la cual podrías salir a distintos lugares y conocer. A ti te gusta salir al bosque, hacer expediciones, descubrir lugares donde los humanos no han podido llegar. ¿No crees que sería más divertido si alguien te acompaña? No sólo serías tú el que lo disfrutaría sino que alguien más, alguien más que gracias a ti sonreiría. Creo que lo vale, creo que eso vale mucho más de lo que tú piensas- digo y mi padre suspira

-no se puede negar que mi hija es una romántica empedernida. Es bueno que no te hayas quedado por el ejemplo de tu madre. Me alegro mucho. Eres una gran madre y sabes cómo tienes que hacer las cosas. No vas a cometer los mismos errores que ella porque no eres como ella- dice y una idea pasa por mi cabeza.

-creo que tengo la persona perfecta para ti. Quizás, al principio no van a congeniar porque me vas a decir que no es tu tipo, pero te conozco lo suficiente como saber que si es tu tipo y sé qué van a lograr muchas cosas juntos- digo y sonrío mientras una idea va creciendo en mi mente y creo que voy a tener que hablar con la profesora Bloom. Es una mujer de unos 50 años, soltera, muy bella y le gusta salir. Ayer hablamos un buen rato de las ideas que tiene para que los niños de su curso comienzan a poner más atención las clases y me di cuenta de que ella le gustan muchas cosas que a mi padre también. Espero no equivocarme, pero creo que es la mujer indicada para un hombre como mi padre.