Semana 34

5.1K 539 54
                                    

POV ANASTASIA

-señorita, ¿Qué se va a servir?- me pregunta el mesero. Estoy en una cafetería cerca del Escala. Al final decidimos mudarnos y quedarnos por unas cuantas semanas en este lugar hasta que Teddy llegue y unas cuantas semanas más.

-por ahora quiero un batido de plátano con fresas. Estoy esperando a alguien. Puede preguntarle también, al joven que está sentado a unas cuantas mesas más- digo y el hombre asiente. Toma nota y luego se acerca a Sawyer. El frunce el ceño pero, igual pide un café. Es lo único que toma.

Vuelvo a mi lectura y le sonrió al hombre cuando me trae mi batido. Aunque quisiera tomar un café, está en el último lugar de mi lista. Ha sido difícil pero hasta ahora lo he logrado con éxito. Bebo un poco y sigo leyendo. Cristian me dijo que venía un poco retrasado, ya que la reunión se alargó más de lo que pensaba pero, le dije que manejara con cuidado, más sabiendo que está nevando. Estoy tan concentrada leyendo cuando algo pica en la parte trasera de mi cabeza.

Levanto la mirada y me tenso cuando me doy cuenta que un hombre me mira fijamente. Frunzo el ceño. Jamás lo había visto en mi vida pero, al parecer el me conoce, ya que me guiña un ojo y me sonríe.

Esa persona no me gusta. Vuelvo a mi lectura pero, algo que se está moviendo frente a mi mesa me saca de mi concentración. El hombre que estaba en la otra mesa, ahora está frente a la mía y se sienta sin permiso. Sawyer está atento y sabe que ante cualquier movimiento que llame su atención, tiene carta blanca para actuar.

-no puede haber mejor coincidencia que esta, Anastasia- dice y mantengo la tranquilidad.

-yo no lo conozco. Creo que me está confundiendo con otra persona- le digo y él se ríe.

-no. Es imposible que me confunda. Eres la hija de Carla Adams y Raymond Steele. Te he estado buscando por mucho tiempo. Tenemos que conversar- dice y mi cuerpo se tensa aún más.

-me enseñaron que no tenía que tomar en cuenta a los desconocidos. Así que si es amable, es mejor que se vaya- digo y el hombre se acomoda mejor en la silla. ¿Qué demonios quiere conmigo? Cristian, llega pronto.

-generalmente los barcos no se hunden por si solos y muchos naufragan porque sí. Digamos que yo tengo una leve sospecha de quien fue pero, también de que estas en un dilema moral, ya que tienes un hermano que se estas muriendo, salvo si recibe un trasplante de medula- dice y algo me grita que salga de aquí.

-¿Cómo sabe todo eso? ¿De que diario viene?- pregunto.

-de ninguno. Tú y yo tenemos una conexión y algo en común. Ambos fuimos abandonados por nuestra propia madre. Así que conozco tu dolor y comprendería que no la quisieras ayudar- trago fuerte. Mi cabeza está pensando muchas cosas y ninguna es buena.

-dígame de una vez, ¿Qué es lo que quiere y salga de mi vida?- digo y el hombre sonríe. Esa sonrisa da miedo, ya que no es sincera.

-quiero que Carla Adams sufra. Ella se hace pasar por santa cuando se santa no tuene nada. Ella quiere parecer un mártir frente a la gente de alta sociedad y no lo es. Ella es una simple mujer que ha ganado su fortuna a través de los matrimonios por conveniencia y no le importa dejar inocentes en su camino- dice y me tenso.

-¿Qué es lo que le hizo para que la odie tanto?- pregunto. Se queda en silencio varios minutos y luego suspira. Se levanta pero, dándome la espalda escucho que gruñe.

-me hizo exactamente lo que te hizo a ti pero, hace unos años más atrás. Ella tiene la tendencia a abandonar lo que no le sirve y ni tú ni yo le servíamos cuando éramos niños. Ella siempre elimina a su familia- dice y se va. Lo quedo mirando por varios segundos y tengo un muy mal presentimiento.

60 SemanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora