Capítulo IV - Martin. 🚶‍

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Narra Temo

Ari: ¡Temo! ¡Temo! ¡Despierta!

Yo: 5 minutos más ricitos... – dije abrazándolo

Pancho: ¡Nada de 5 minutos, Cuauhtémoc!

Yo: ¡Papá!... ¿Qué haces aquí? – dije saltando de la impresión

Ari: Fue testigo que lo estaba despertando, Papancho

Pancho: Me consta Aristomes, a vestirse que no pueden llegar tarde a su primer día de escuela.

Ari: Es cierto Temístocles, a bañarnos...

Pancho: *me mira fijamente*

Ari: ... cada quien en su baño, voy a mi casa, te veo abajo amor – dijo tragando saliva.

Yo: Papancho, ¿puedes dejar de matar con la mirada a mi novio?

Pancho: Lo pensaré. A alistarse Cuauhtémoc.


Tuve que bañarme y alistarme lo más rápido posible, desayunamos y esperábamos a Ari abajo del edificio. Le mandé un mensaje y fui un rato a la panadería a comprar unas donas para comer con Ari.


¿?: Perdón – dijo tropezando conmigo – Que torpe soy, casi te riego el café encima.

Yo: No te preocupes, yo venía distraído en el celular.

Martín: Soy Martín, por cierto.

Yo: Cuauhtémoc, mucho gusto – dije estrechando su mano.

Martín: El gusto es mío.


Noté que me miraba algo raro, creo que le gusté. Se despidió muy amablemente y yo fui hasta el mostrador donde estaba doña Blanca.


Yo: Buenos días tía, me da dos donas. Las de siempre, para Ari y para mí, por favor.

Blanca: Hola hijo, claro que sí – dijo apretándome el cachete – ¡Ay me había olvidado! Te estuvieron buscando el otro día, pero a mi edad esas cosas se olvidan y no te había dicho.

Yo: ¿A mí? Qué raro...

Blanca: Fue el mismo joven que salió hace rato.

Yo: ¿El chavo de la chamarra?

Blanca: Ese mismo, ¿lo conoces?

Yo: No, no para nada... de hecho me tropecé con él y nos presentamos. Cortesía, usted sabe... pero no sabía que me conocía.

Ari: Hola precioso – dijo entrando y dándome un beso – Hola tía.

Blanca: A él si lo besas... – dijo celosa y riendo.

Ari: Tú sabes que te amo – dijo abrazándola – Oye, luego le seguimos con las clases de manejo ¿sí?

Blanca: Está bien... sólo porque tus papás te lo permitieron.

Yo: ¿Tú manejando? – no pude evitar soltar una carcajada

Ari: ¿Cuál es el chiste Cuauhtémoc? – dijo cruzado de brazos

Yo: No seas enojón, vamos que se nos hace tarde.


Le dije a Papancho que me iría con Ari caminando hacia la escuela, platicábamos de todo un poco pero con mi mirada buscaba a alguien en particular por las calles... ¿Quién era ese chavo Martín? ¿Por qué hizo como que no me conocía? Una vez en el salón, Ari y yo decidimos sentarnos juntos este año escolar y la miss nos presentó a un nuevo alumno.

Pruebas de Amor - Aristemo (T2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora