VIII

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—Miren eso — Murmura Hitch. Su mirada coqueta fija sobre el chico nuevo. Ese que se ha integrado un par de semanas tarde al curso y quien no ha dejado de robar las miradas.

Eren piensa que las chicas en esta escuela son bastante influenciables, pero no las culpa con todo eso de las hormonas y cambios físicos. Aunque es sorprendente la rapidez con la que suelen cambiar sus objetivos, probablemente porque ninguna de ellas toma en serio los flechazos fugaces que se tienen al ver a alguien que podría cumplir con tus expectativas.

Sentadas sobre el césped mientras los chicos juegan fútbol contra la clase de junto, Eren intenta mantener su mirada en ese chico y encontrar tal vez la misma sensación de ecosistema-habitando-su-estómago que siente cuando ve al profesor Levi.

Pero resulta bastante normal.

—Ahora que recuerdo, habló contigo esta mañana ¿no es cierto, Eren? — Historia se acerca a ella y enlaza sus brazos, una enorme sonrisa dibujada en su rostro.

Eren recuerda eso, pero no piensa que sea algo bastante especial como para recibir las miradas entusiastas que está recibiendo.

—Sí, bueno... pero Hitch está en su clase así que...

—Sí, pero además de que su nombre es Farlan no sé nada más — Hitch le dice con obviedad, como si fuese trabajo de Eren saber eso.

Eren frunce el ceño. —Hmm~ — murmura, tragándose su mal humor, no queriendo discutir con alguien tan intensa como Hitch.

Pero Hitch no piensa lo mismo al parecer. —¿Qué pasa con ese hmm~? ¿No te ha emocionado siquiera un poco?

—No, no realmente.

Y de pronto todas parecen absolutamente indignadas, tanto que a Eren le resulta divertido.

—Bien, ¿entonces cuál es tu tipo de chico? — Hitch le reta, una mirada ofendida y engreída.

Eren piensa en esa pregunta. Si es sincera ella nunca ha tenido un verdadero interés por alguien, ni siquiera había pensado en cómo podría ser la persona digna de su afecto. Pero cuando piensa en un probabilidad...

Su mirada se pierde en la silueta distante del profesor Levi, quien se encarga de vigilar la práctica junto al profesor Nile. De casualidad el profesor Levi dirige su mirada hacia ella y las miradas colisionan. De pronto Eren siente el calor cubrir furiosamente su rostro.

Sus compañeras, ajenas a la verdadera razón de su vergüenza, comienzan a burlarse de ella, completamente convencidas de qué hay alguien que le gusta.

No es que se equivoquen.

En la ausencia de luz, prometo mantener  el calorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora