CIX

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Pa-pá.

Ohhh.

Eren toma a su pequeña, tan cuidadosamente como puede mientras le enseña a caminar, y trota con ella en brazos hacia el despacho de Levi, entrando ahí sin avisar, rompiendo su concentración en un segundo.

—Eren, ¿qué demonios...?

—¡Ella dijo tu nombre! Bueno, no tu nombre pero te llamó — Eren se acerca hacia Levi y se sienta sobre su regazo con su hija en brazos —. Vamos Cam, dilo una vez más para papá.

Eren mese a su pequeña quien tan pronto reconoce a su padre comienza a estirar sus pequeños bracitos en su dirección, aferrándose vehemente a su camisa. Eren rueda los ojos ante el obvio favoritismo que tiene su hija por Levi, y hace un puchero ante sus pequeños celos, que pronto son olvidados cuando en pros de estar con su padre Camelia vuelve a repetir su primera palabra.

—Pa-pá.

Y la emoción es obvia y desbordante en Eren. Y cuando ve a su esposo con entusiasmo, ella reconoce en su inmutable rostro la suavidad y emoción que le embargan e intenta disimular. Dejando que su pequeña se deslice más de sus brazos, la apoya en el pecho de Levi quien no tiene más opción que sostenerla. Ella inmediatamente lleva sus pequeñas manos al rostro de su padre y repite una y otra vez, con su tono agudo y roto esa única palabra que hace que el corazón de Levi se sobresalté en alegría y expectación.

—¿No crees que es maravilloso?

—Creo que está creciendo muy rápido.

A Eren le divierte el ligero tono de preocupación en la voz de su esposo. —Oh, vamos, mamá gallina, espera a que entre por la puerta del brazo de un hombre diez años mayor que ella y sabrás lo que es verla crecer.

Eren — Gruñe, lanzándole una mirada mortal como pocas veces.

Eren se ríe, grande y sin vergüenza. Siempre encantada de las reacciones que Levi le ofrece cuando bromea con él; ella sabe que de ser otra persona Levi ya le habría sacado los sesos, pero es ella, y él le ama, y no puede evitar aferrarse a esa amor para hacer cosas o decir cosas que a nadie más se le permiten. Sin sobrepasarse evidentemente.

—Está bien, está bien, no tiene porque seguir los pasos de su madre, pero tú y yo sabemos que ella se enamorará algún día.

—Eren — esta vez Levi inclina su cabeza para recargarla en el hombro de su esposa, suspirando. —Dile que se detenga.

Eren vuelve a reír. Tomando a su pequeña, quien se rehusa a soltar a su padre, Eren se levanta del regazo de su esposo después de besarle los labios.

—Voy a trabajar en el hecho de que me llame mamá en su lugar.

Y sale de ahí con sus caderas contoneándose y una sonrisa pícara en el rostro. Ve, un segundo antes de cerrar la puerta, a Levi inclinarse en el respaldo de su silla con dramatismo.

—Bueno, Cam, creo que tendrás que esperar a los treinta antes de si quiera considerar tener un novio — Eren bromea, arrullando un poco a su pequeña antes de persistir en sus propios intentos de ser llamada mamá.

En la ausencia de luz, prometo mantener  el calorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora