XV

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Eren está sentada en la biblioteca silenciosamente, disfrutando de la música que se reproduce a través de sus audífonos, distraída mientras garabatea en su libreta un boceto de su profesor –el cual no puede hacerle la justicia necesaria—, cuando siente que alguien toca su hombro con demasiada familiaridad. Y el primer impulso que tiene es cerrar su libreta para proteger su secreto, aunque por las palabras de la persona... del chico que se ha acercado a ella, Eren sabe que ha sido demasiado tarde.

—¿Es ese el profesor de prácticas? — su voz, aunque amable, es un poco descarada.

Eren frunce el ceño, no demasiado contenta con la interrupción.

—Oh, perdón — él parece darse cuenta de que su presencia no es bienvenida, pero también parece decidido a no claudicar cuando sin permiso toma la silla vacía junto a Eren y se sienta demasiado cerca de ella, Eren se aleja un poco más —, ¿me recuerdas? Me ayudaste a encontrar la dirección mi primer día, no creo haberme presentado correctamente entonces...

—Farlan Church — irrumpe Eren ácidamente.

—Y tú eres Eren Jaeger — el dice con una sonrisa que no tambalea. A su vez deja una muffin de mora azul sobre la mesa. —. Me he enterado de tu pequeño accidente — y mira discretamente hacia abajo, al tobillo vendado.

—¿Qué es esto? — Eren señala el muffin.

—Solo un pequeño obsequio para ti. — Y él vuelve a sonreír, pero Eren solo le da una mirada indiferente. —. Así que~ ¿el profesor?

A Eren no le gusta como lo dice.

—No se lo dirás a nadie ¿o si?

—Me pregunto... si recibiré algo a cambio por ello.

—¿Qué es lo que quieres?

—Conocerte apropiadamente, nada más. Concédeme una cita.

—¡Imposible!

—¿Por qué no? ¿Es que acaso guardas tu primera cita para alguien especial? ¿para el profesor quizá? Sabes que no va a funcionar, es imposible...

—¡Me marcho! — Eren toma su libreta y su reproductor, terriblemente furiosa se pone de pie dispuesta a marcharse.

—No, espera, no quise decir eso...

Y justo cuando ella está saliendo de la biblioteca, irritada y nada dispuesta a seguir escuchando a Farlan, un par de brazos fuertes le sostienen por los brazos al chocar contra el cuerpo ajeno.

—No deberías andar tan deprisa con el tobillo así — es Levi, y el mundo de nuevo vuelve a sentirse maravilloso.

En la ausencia de luz, prometo mantener  el calorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora