Eren mira su reflejo en el espejo, observando a la chica nerviosa que está temblando ligeramente en su vestido de novia.
Hoy es el día.
Ella se endereza, alisando la falda del vestido por decimoquinta vez en lo que van de los minutos y trata de peinar los pequeños mechones rebeldes de su fleco. Suspira, da un paso hacia atrás mirándose por completo en el espejo.
Ella se alegra de haber ido por un vestido mucho más sencillo que los que su madre había sugerido primero. El vestido brillante y glamoroso, aunque muy apreciado por su prometido (ya que él se lo había reafirmado ásperamente en su oído no en una, sino en varias noches), no le convenía en lo absoluto.
Se gira para asegurarse de que no hay nada que estropee la blancura prístina del velo que cae en la parte trasera, porque, seamos realistas, en menos de media hora, todas las personas que conoce y quiere estarán mirando mientras ella y Levi intercambian votos. Bueno, tal vez no mirando específicamente, pero si se hubiese sentado en algo y manchado en el proceso, toda la habitación lo sabría.
Los golpeteos en la puerta son lo que la sacan de sus pensamientos absurdos.
—A-adelante — su vacilante voz traiciona sus nervios.
—Hey — la cabellera rubia y los ojos soñadores que ve tan pronto la puerta se abre hacen su corazón brincar en su pecho —. ¿Cómo estás?
—¡Armin! — ella apenas alza su vestido para correr hacia él y envolverlo en un abrazo —. Pensé que no vendrías, habías dicho que no conseguirías el permiso en tu trabajo y...
—¿Cómo iba a perderme la boda de mi mejor amiga? — Armin se separa de ella pero no le suelta del todo, con las manos en sus caderas él le dice: —. Todavía no puede creer que te vayas a casar, con la persona que has amado desde siempre, lo que es aún más increíble. Aún recuerdo a la niña de rodillas raspadas y cabellos enmarañados que me protegía siempre, aunque al parecer los cabellos enmarañados siguen siendo parte de ti. — Armin dice a la vez que peina una vez más esos cabellos rebeldes.
Eren suspira frustrada y vuelve a ponerse frente al espejo. Su madre había hecho un excelente trabajo recogiendo sus cabellos en un moño precioso, pero que en algún punto de sus nervios Eren había terminado por destruir y ahora no sabe cómo solucionar, con su madre desaparecida en quién sabe dónde, y a solo unos minutos de empezar.
—De verdad, te juro que he intentado hacer algo con este desastre pero simplemente...
—Aquí, déjame — Armin coloca una silla frente al espejo y le pide a Eren que se siente para que él pueda solucionar el problema. No hace muchos años, cuando Eren correteaba entre charcos de lodo y trepaba árboles, él tuvo que aprender a peinarla. —Estará bien, Eren — él le dice, como si supiera que sus pensamientos no han dejado de desviarse a todo tipo de escenarios negativos —. El profesor Levi está tan loco por ti, que probablemente podrías caminar por el pasillo en jeans y camiseta y él sería muy feliz.
Eren sonríe y siente que los nervios se deslizan poco a poco. —Es extraño que le llames profesor aún ahora. Me haces sentir como la niña de quince años secretamente enamorada de su profesor otra vez.
—Bueno, si tuvieras quince años probablemente Levi sería llevado a prisión.
Y luego ambos se ríen. Y sí, lo que Eren dice es cierto. De pronto con ellos dos ahí, recordando cosas del pasado a punto de marcar un nuevo futuro, todo se siente por un segundo como si aún fueran los críos de quince años que poco sabían de lo que les deparaba la vida.
—Por cierto, ¿has visto a mi madre?
Armin se ríe antes de responder. —Tu madre estuvo los últimos minutos encerrada en el baño, llorando y diciendo algo sobre su niña siendo demasiado joven para casarse, y tu padre intentó sacarla de ahí. El director Erwin ayudó con eso y ahora tu madre parece realmente encantada con él.
Eren rueda los ojos, divertida. Sinceramente, a pesar de que a lo largo de su noviazgo ella ha tenido que convivir con algunos de sus antiguos profesores, como Erwin o Hanji (amigos cercanos de Levi), aún resulta un poco extraño que estén en su boda... con su profesor, nada más.
—¿Eren? — Mikasa aparece por la puerta con su vestido de dama de honor resaltando su belleza. —Ya es hora — le dice —. Tu padre está esperando en el pasillo.
Eren siente que su pulso se acelera de nuevo. De alguna forma la charla con Armin la distrajo lo suficiente como para que no fuese consciente del tiempo. Se pone de pie, temblorosa.
—Hey — Armin toma su mano —. Relájate. Amas al profesor ¿verdad?
—Por supuesto — responde Eren de inmediato.
—Entonces no te preocupes por tu cabello o tú vestido, o tu madre — Armin se ríe un poco, luego se pone serio —. Sólo mantén tus ojos enfocados en él.
Eren siente toda sus inseguridades desvanecerse mientras imagina los potentes ojos de Levi mirando a ella amorosamente desde el altar.
—Está bien — dice —. Estoy lista.
—Vamos entonces — sonríe Mikasa y le ofrece una mano.
Eren la toma con toda la seguridad del mundo.
ESTÁS LEYENDO
En la ausencia de luz, prometo mantener el calor
Fanfiction«No importa cuántas veces sean, todo el tiempo y siempre, elijo enamorarme una y otra vez de ti.» Una historia de amor a través de los años. [AU // LevixErenFemale!]