En la ausencia de luz, prometo mantener el calor

CVIII

—Ooh, hola querida. ¿Cuántos años tienes, preciosa?

—Tu mami ha dicho que tienes seis meses. ¿Es eso cierto?

—Mira esas pequeñas mejillas adorables.

—¿Quién es el bebé más lindo? Lo eres, sí lo eres.

Al ver a sus amigos, Levi no entiende por qué a la gente le resulta tan divertido acicalarse y arrullar a los niños de otras personas. Camelia no es un juguete, ella es una persona viva, aunque en miniatura, mentalmente incapaz de la mayoría de los comportamientos humanos como el habla, y aún no ha aprendido el concepto de limpieza. Pero es como si ninguna de estas personas hubiese visto un bebé antes, aunque él sabe que ese no es el caso.

Ni siquiera está seguro de cómo terminaron llegando a casa de la familia de Eren todos sus amigos, ellos lo llaman coincidencia, Levi cree que esa coincidencia es la madre de Eren telefoneando a todos.

Levi quiere volver a casa, pero Eren parece estar bastante encantada con esta visita que no se atreve a decir nada. Ni siquiera cuando ve como todos quienes abrazan a su pequeña parecen querer fugarse con ella. Como si en lo más recóndito de sus mentes estuviesen pensando en cosas malvadas y en lo que podrían hacerle a su pobre e inocente hija si él o Eren no están presente.

No es hasta un par de horas eternas cuando ellos pueden volver a casa que Levi le expresa su opinión:

—Será mejor que no la llevemos con nuestros amigos de nuevo hasta que tenga al menos treinta años.

—Creo que te preocupas demasiado — Eren pone los ojos en blanco ante la extrema reacción de su esposo. Es un poco absurdo, pero también es lindo ver lo protector que Levi es con su hija. —Son mis padres y son nuestros amigos, no es que vayan a secuestrarla ni nada.

—Tch, no confiaría en ninguno de ellos ni en el fin del mundo.

Eren sonríe, aferrándose al brazo de Levi mientras caminan.

Camelia se había quedado dormida aferrándose a su padre, hecho que Eren encontró extremadamente adorable, y del cual Levi se quejó alegando sobre las arrugas que quedarían en su ropa, pero que incluso sobre eso no hizo ningún movimiento para separar a su bebé después de concluir que no le dejaría ir. Tendría que volver por su automóvil mañana, pero Eren sabe que su esposo aprecia el tiempo extra que caminar hasta su casa le da de pasar con su familia. Ya que desafortunadamente, su esposo no pudo tomar un período prolongado de permiso parental dado lo importante que son las clases, por lo que el director Erwin le prometió a su esposo un gran número de fines de semana de tres días y días laborales reducidos durante todo un año. No es una solución perfecta, pero Eren siente que funciona mejor para Levi. Con la afición de su esposo por la limpieza, pasar tanto tiempo con el bebé debe ser estresante. Eren duda que su esposo fuese tan atento y paciente si fuese el hijo de otra persona. Pues incluso con su pequeña se ha quejado y chistado con la lengua cada vez que la bebé hace algo grosero, no obstante siempre la vigila y limpia. Algo que no haría por el hijo de alguien más.

—Solo estás siendo sobreprotector — Eren pellizca la mejilla gordita de su hija que gorgotea felizmente. —¿No es así? Papá Levi está sobreprotegiéndote.

—Maldita sea, lo estoy.