XCIX

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El día llega y Mikasa decide que este, especialmente este, debe ser el día en que ella agradezca debidamente a su hermano mayor por haberla cuidado todo este tiempo. Incluso si no fueron siempre los mejores hermanos, o hubo momentos en que su odiaron uno a otro, no hubo un solo instante en que no se desearan la felicidad que ahora tienen.

Y Mikasa quiere darle las gracias, y no encuentra unas gracias más sinceras que pedirle que, incluso si su padre ha venido del otro lado del mundo para verla avanzar hacia su futuro, sea Levi quien camine a su lado hacia al altar. Porque es Levi quien merece ocupar ese lugar más que nadie, aunque esto último es algo que se guarda para sí misma, aún no demasiado dispuesta a ser tan emocional con él.

Que Levi acepte con renuencia, como si no quisiera, como si no le alegrara, es en realidad el signo del bochorno que la idea le causa, de la felicidad que le hace sentir saber que después de todo él también es especial para Mikasa.

Mikasa entiende por primera vez, mientras avanza del brazo de Levi, los nervios que debió sentir él ante la idea de unir su vida con alguien bastante especial. Con la perspectiva de trazar un futuro junto a esa persona. Y en realidad no duda en hacérselo saber en un susurro.

La repuesta que recibe es un gruñido bajo, y una mirada de adoración dirigida únicamente a la mujer sonriente de pie junto a Armin.

Mikasa solo espera, poder ser un poco más discreta con su propia emoción.

En la ausencia de luz, prometo mantener  el calorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora