XLIX

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En una cafetería de la ciudad, Eren observa a Levi sostener la taza por el borde. Divertida y desconcertada por el cómo lo hace posible. Ella lo había intentando una vez, y fracasó épicamente. Algo que no piensa repetir en un futuro cercano. Levi casi la mata después del desastre que provocó (y quemar parcialmente su mano en el proceso). No, definitivamente no lo repetirá pronto.

—¿Cómo lo logras?

—¿El qué?

—Sostener tu taza así — Ella imita el agarre de Levi con su taza, antes de volver a ponerla sobre la mesa. Afortunadamente, esta vez sin quemarse.

—Práctica.

—Pero, ¿Cómo es que soportas la temperatura del aro y bebes de ella sin quemarte o dejar caer la taza?

—El calor no me molesta, y siempre es divertido ver a otros intentar y fallar — ve como Levi acerca la taza humeante a sus ojos sin esfuerzo, encogiéndose de hombros mientras bebe de ella.

—Idiota — Eren hace un puchero.

Levi levanta una ceja, antes de volver a su rostro estoico. Eren lucha contra el deseo de provocarle un poco más, en lugar de eso optando por sacarle la lengua, recibiendo un murmullo incomprensible de parte de Levi.

A pesar del silencio reinante, los murmullos de las demás personas, y el ocasional tintineo de sus tazas, no está nada mal. Solo ella y Levi; bendice la paz de todo lo demás.

En la ausencia de luz, prometo mantener  el calorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora