XCII

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Eren se acerca a Levi con un par de corbatas en mano, sobreponiéndolas en su pecho, ella busca el color que más le agrade al traje que hoy viste Levi. Ella se demora, como siempre, pero conociendo lo obstinada que llega a ser a veces y que la razón por lo general no funciona con ella, siendo necesario un enfoque mucho más práctico, Levi no dice nada. Además, ciertamente, no le importa que ella le ponga las manos encima.

—Esta, definitivamente esta — ella dice, arrojando la corbata descartada a la silla más cercana. Y Levi ayuda parcialmente a anudar la que ella ha decidido le luce mejor. —Es como si fuéramos recién casados — la mano de ella, tentativa, se queda sobre su pecho. Sonríe. Y Levi, quizá porque está en el piso principal, un paso por encima de Eren, la encuentra mucho más adorable.

Desde que habían regresado de su luna de miel, a Levi realmente le cuesta trabajo acostumbrarse a esa sonrisa. Incluso antes de su boda, Levi siempre fue débil ante esos ojos azul verdosos que le miran. Pero especialmente cuando ella le mira con ese suave rubor en sus mejillas, como todas esas veces en las que despierta con Eren a su lado mirándolo amorosamente. O las veces después de hacer el amor, cuando Eren se avergüenza por lo que hicieron y lo erótico que fue.

—Lo somos, idiota — Pensarlo hace que su rostro se caliente. Antes de que Eren pueda notar que esta avergonzado, Levi toma su rostro por las mejillas y la acerca para besarla.

Los labios de Eren son naturalmente dulces para él. Pero hoy saben a lo que ha desayunado. Incluso después de que Eren ha cepillado sus dientes, Levi puede probar el azúcar del café y la fruta de la mermelada en la boca de Eren.

Son mucho mejor las mañanas, siempre, porque desde que regresaron de su luna de miel, donde habían pasado cada momento uno junto al otro, la falta de Eren a su lado durante la jornada laboral es un poco inquietante. Levi odia admitirlo, pero extraña la presencia de ella. Aunque su vida matrimonial no es tan diferente de su vida antes del matrimonio, Levi se encuentra a cada momento contando las horas hasta que pueda regresar a casa, simplemente deseando estar junto ella.

En la ausencia de luz, prometo mantener  el calorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora