LXXXVI

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Durante el baile de boda que los novios realizan en el centro de la pista, Mikasa se recluye un poco en una de las mesas del fondo, mirándoles desde ahí.

Ella piensa, mientras ve a Levi, que si todos esos mocosos ruidosos que son sus alumnos le vieran ahora, les costaría creer que este tipo de mirada suave y soñadora es el mismo tipo gruñón y exigente que conocen. Sin embargo Mikasa sabe que eso no es más que una simple fachada, que Levi en realidad es la persona más sensible y sentimental que conoce, solo que le cuesta demasiado expresar esos sentimientos de la forma correcta. Que alguien como Eren, que es capaz de ver más allá de lo que Levi deja ver, haya aparecido en su vida, es una verdadera bendición.

Está feliz por él, por la felicidad que ahora tiene. Por la felicidad que puede llegar a tener junto a Eren.

Ella sonríe, apenas, mientras lleva la copa de champán a sus labios. El sabor burbujea en su boca.

—¿No bailarás con ellos? — Armin aparece desde algún lugar y toma asiento en una de las sillas vacías en la mesa. La mira con una sonrisa brillante a la vez que señala la pista, donde ahora Eren baila con su padre mientras Levi ha sido jalado por quien parece ser Historia, aunque él parece luchar por soltarse de su agarre, y buscar ayuda en Eren quien solo se ríe ante su renuencia por bailar con alguien más que no sea ella.

—No. Parecen bastante ocupados ahora — ella murmura, volviendo la mirada a Armin. Él, al igual que ella parece completamente perdido en la pintura que forman los novios frente a sus ojos. Hay una sonrisa pequeña tirando de sus labios y sus ojos parecen tener una clase de brillo especial. —¿Quieres que te cuente algo? — Mikasa le dice, trayendo su atención de nuevo a ella.

—Claro.

—Hubo un tiempo en el que realmente creí que estabas enamorado de Eren.

—¡¿Q-qué?! ¡N-no, yo...!

—La ves como una hermana, lo sé, Eren me lo dijo. Y con el tiempo me di cuenta de mi error también. Es bonito, la forma en que cuidan uno del otro, me hacen sentir celosa — por alguna razón, cuando ella mira fijamente a Armin él desvía la mirada de inmediato lejos de ella, y sus mejillas parecen apenas teñidas de carmín.

Se quedan en silencio durante varios minutos. La suave música, el murmullo de las voces, el tintineo de las copas, el alboroto de algunos otros, la risa de Eren desde algún lugar, las luces, el brillo, las flores, todo eso en un pequeño instante comienza a ser irrelevante. Como si de la nada alguien hubiese decidido que los únicos importantes ahí son ella y Armin, lo que es un poco ridículo.

—¿Quieres bailar? — le pregunta Armin, poniéndose de pie y extendiendo una mano hacia ella.

Mikasa asiente y desliza sus dedos entre los de Armin. De pie en la pista, a la vez que logran encontrar el ritmo correcto, Mikasa mira fijamente el rostro de Armin siendo iluminado por las despampanantes luces neón. Hay algo extraño, hay algo diferente, hay una sensación acogedora en su pecho; no es algo desconocido, con seguridad lo sabe, y por ello tal vez se asusta de sentirlo otra vez.

Y no obstante decide no luchar contra ello. Moviéndose suavemente al ritmo que ambos han marcado en su propio espacio.

En la ausencia de luz, prometo mantener  el calorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora