XXIII

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Eren no puede evitar sentirse un poco demasiado tonta cuando se da cuenta que ha vivido en un mal entendido por dos dolorosos años.

Mikasa Ackerman.

Son familia.

Y la tranquilidad que envuelve su corazón nunca antes se ha sentido tan placentera.

Quiere sonreír y reír. Quiere gritar y brincar. Quiere rodar en el suelo y bailar. Quiere volver en el tiempo y decirle a la idiota Eren de quince años que no tiene razones para estar preocupada o celosa, que no tiene porque evitar a Mikasa en los pasillos o en el comedor, o declinar las invitaciones de Armin al club de periodismo cuando descubra que ella pertenece a ese mismo club y que de hecho es una amiga muy cercana de su mejor amigo. Quiere ir y decirle que no sea tan estúpida.

Pero todo lo que puede hacer es morder sus labios para evitar que su risa estalle en medio de clase.

En la ausencia de luz, prometo mantener  el calorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora