LVII

257 36 2
                                    

—Te vas de nuevo — Eren suspira, mientras espera junto a Armin a que el vuelo de éste sea anunciado.

Armin le sonríe dulcemente, porque para él también resulta difícil separarse de Eren de nuevo. Aún incapaz de creer que la chica de grandes ojos de océano se haya convertido en esta especie de belleza viva; algo que en realidad esperaba considerando lo guapa que es su madre y lo guapa que Eren ya era en su adolescencia.

—No lo digas como si fuese lo peor que haya hecho en la vida — se burla Armin.

Ella le golpea el hombro. —¡Lo fue! ¿sabes lo difícil que fue lidiar con el idiota cara de caballo cuando descubrió que estábamos en la misma universidad? Me dejaste a merced de gente despreciable ¿qué clase de mejor amigo eres?

Eren no habla en serio, por supuesto, pero de algún modo Armin no puede evitar sentirse un poco culpable al saber ahora lo difícil que fue para Eren los primeros años en la universidad con su relación con Levi no siendo un secreto, aunque de ante mano sabe que Eren es muy capaz de defenderse, le hubiese gustado estar ahí para ella.

—Pero seguro que Levi fue de mucha ayuda — insinúa Armin.

—Ni lo menciones, por supuesto que quiso ir a asesinar a todos, y casi lo creí capaz, pero luego le dije que me enfadaría con él si lo hacía y que probablemente perdería su trabajo y tuvo que conformarse con aceptar que yo podría resolverlo...

Armin mira a Eren mientras charla animadamente sobre un montón de cosas. Encantado con ese lado alegre e infantil que le caracteriza aún ahora, a pesar de saber que puede ser alguien bastante seria y dura cuando la situación lo amerita. Piensa en la niña de quince años absolutamente enamorada de su profesor, y ve a la mujer que es ahora y como esos sentimientos no le han abandonado nunca, a pesar de los tiempos difíciles.

—Estoy muy feliz por ti, Eren — Armin posa una mano sobre las manos en el regazo de Eren, irrumpiendo su palabrería —. La siguiente vez que vuelva, espero hacerlo por alguna buena noticia, como la llegada de un bebé por ejemplo.

A Armin le divierte ver cómo el rostro de Eren de pronto explota en un montón de tonalidades de rojo. —¡¿Pero qué estás diciendo?! — él sabe que ese tipo de situación no está en los planes cercanos de Eren, pero ha querido molestarla, aunque el hecho de que Eren ni siquiera se molesta en negarlo, le hace ampliar su sonrisa.

Ni siquiera se da cuenta de que la ha extrañado tanto hasta que ella le abraza con un hasta pronto.

En la ausencia de luz, prometo mantener  el calorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora