En la ausencia de luz, prometo mantener el calor

LXXVI

Eren mira el anillo que descansa sobre su dedo. Es hermoso, no demasiado ostentoso. El frente parece estar hecho de dos bandas entretejidas. Una piedra azul vibrante descansando en el centro con gemas blancas más pequeñas. En la parte superior e inferior de la pieza central, una delgada banda de plata se arquea hacia arriba, separando el azul y el blanco, y luego se inclina suavemente hacia abajo antes de girar de nuevo en la banda. El resto del anillo se forja en lo que parece ser plata pura, pero fácilmente puede ser oro blanco o incluso platino; Eren no esta segura. En el interior hay una palabra inscrita en cursiva: Para siempre.

—Deja de mirarlo ya — le exige Levi desde la cocina. No hay una pared que divida tal lugar con la sala de estar, así que él puede ver perfectamente lo que Eren hace.

Acostada por completo en el diván, con la mano extendida tanto como puede, Eren suelta una risa burlona. —¿Por qué? ¿Estás avergonzado, mi amor?

Eren se muerde el labio para reprimir su risa. Levi nunca antes le ha llamado por motes tan cariñosos, siempre refiriéndose a ella por su nombre o "mocosa", es normal que este avergonzado, aún más si después de que todo el ambiente dulce que su propuesta creó se esfumó, Eren no dejó de molestarle con eso. Absolutamente encantada de haberle escuchado llamarla así, Eren se lamenta un poquito de que no hubiese al menos alguien cerca para presenciar y grabar ese hecho.

—Voy a tomar ese tobillo sano tuyo y lo dejará igual que el otro si continuabas— Levi se acerca y deja sobre la mesa de la sala la comida a domicilio que ha pedido antes. Sentándose en una pequeña orilla cerca de las piernas de Eren, ella decide que para más comodidad es necesario colocar sus piernas sobre el regazo de Levi. Luego se acerca a él recargando su barbilla sobre el hombro de él.

—No, no vas a hacer eso — ella murmura peinando dulcemente los cabellos negros que caen sobre la frente de Levi. Los lleva hacia atrás y se muerde los labios ante la imagen tan encantadoramente sexy que obtiene de Levi peinado así; considera convencerlo de peinarse así el día de su boda. Su boda. La idea causa en ella un montón de sensaciones; como si millones de fuegos artificiales estuviesen explotando en su interior.

—¿Qué te hace creer que no? — Él se gira para enfrentarla, rosando apenas su nariz puntiaguda con la suya.

Ella le sorprende con un beso fugaz en los labios antes de agregar: —Porque tú aún quieres ver a tu linda novia caminar hacia ti en el altar.

Levi da un bufido a la vez que envuelve sus brazos en la cintura de Eren para llevarla contra él. Esconde su rostro en el pecho de ella, totalmente en contra de mostrarle la sonrisa que se escapa de su rostro sin que pueda controlarla.