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—¡Eren, Armin! — Mikasa se abre paso sin contemplación entre la puerta y el cuerpo del profesor. Eren, con su sonrisa brillante y los ojos llenos de ilusión, no puede apartar la mirada de Levi, a pesar de que es jalada hacia el interior de la casa por su buena amiga.

—Armin — canta, mirándole soñadoramente —, mi corazón se siente como si fuese a morir.

—No vas a morir sin embargo — Armin sonríe —. Aunque puedo entenderte — eso es un susurro y, por la forma en que desvía la mirada, parece creer que Eren no le ha escuchado entre el ruido de las charlas y la música de violines que suena en el salón.

Eren analiza a Armin y nota la forma en que su mano se aferra con fuerza a la mano de Mikasa –ya que también ha insistido en arrastrarle. Ve en él la mirada ilusionada y tenuemente entristecida que ella se conoce bien.

Lleva su mano libre hecha puño a su pecho y no puede evitar ver a Armin con comprensión y ternura.

Este debe ser el momento en que ella tiene que mostrar cuán agradecida está con esta persona.

En la ausencia de luz, prometo mantener  el calorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora