En la ausencia de luz, prometo mantener el calor

LVI

—¡Levi, tengo una decisión y una petición para ti! Dime cuál quieres primero — Eren se acerca hacia él corriendo desde algún lugar en el departamento y se sienta sobre su regazo sin importarle que esté a mitad de su lectura.

Levi ni siquiera se inmuta, demasiado acostumbrado a los arrebatos de Eren (y porque desde la muerte del señor Arlert ella no se mostraba tan entusiasmada por algo).

—La noticia debe ser buena si has corrido como si tuvieras diarrea — Eren chilla cuando dice eso, pero no se mueve en lo absoluto de donde está —. Dime entonces la decisión.

—En realidad debes ser tu quien tome la decisión.

Ante el repentino fruncimiento del ceño de Levi, Eren continúa.

—Es sobre la fiesta de graduación, quiero que vayas conmigo.

—No.

Levi pone sus manos sobre las caderas de Eren y la empuja –no con rudeza– hacia el otro lado del diván para poder ponerse de pie. Cuando escucha su energético cuerpo ponerse de pie para seguirle hasta la cocina, Levi se prepara para su insistencia.

—¿Por qué no?

—Porque no.

—Pero quiero que vayas conmigo.

—¿Por qué no vas con Armin?

—Porque Armin se marcha en un par de días, y porque Armin no es mi novio y yo quiero llevar a mi novio conmigo.

Levi, sinceramente, no quiere ni puede lidiar con esta tontería. Y se niega rotundamente a pelear por esta razón absurda también. (Además de que las razones de Eren parecen empujar algo dulce y suave en su interior).

—Eren no me gustan las fiestas, aún menos si hay un montón de mocosos ruidosos en ellas.

—Levii~ no voy a pedirte nada más en esta vida si dices que sí — Ella se acerca a él, coqueta y sugestivamente envuelve sus largos brazos alrededor de su cuello —. Y si accedes podría recompensarte de formas maravillosas.

Levi sabe que es una mentira, ella definitivamente pedirá un montón de cosas en el futuro, pero cuando él desliza sus manos por sus muslos hacia su trasero y ella envuelve sus piernas en su cadera, sabe que ha perdido.

Más tarde, mucho más tarde esa noche, Eren se yergue sobre él, de repente recordando que no le ha dado la noticia.

—¿En un momento como este? — él dice señalando con la mirada el lugar en donde están unidos.

Eren le palmea el pecho. —Es importante — justifica —. Conseguí un empleo para cuando me gradúe, en la galería de la ciudad.

Levi cierra los ojos. No es que no esté feliz por ella, lo está. Pero justo ahora, mientras invierte posiciones para dejarla bajo su cuerpo, tiene cosas mucho más importantes en las qué pensar. Como cómo conseguirá que Eren suspire su nombre esta noche.