LXIV

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—Eren, mírame — susurra su voz profunda cuando sus manos tiran de la almohada que cubre su rostro.

Eren niega con la cabeza y aprieta la almohada contra su cara. —Estoy demasiado avergonzada.

Levi se ríe. —¿Por qué? — Tira de las piernas de ella y junta sus caderas de una manera que hace que Eren chille y apriete el agarre sobre la almohada mullida.

Con un estremecimiento Eren jadea. —¡No es justo!

—Lo siento, no voy a molestarte más.

Levi la empuja más en su regazo y envuelve una de las piernas de Eren alrededor de su cintura mientras la otra la deja sobre su hombro. Luego se aferra a uno de los suaves muslos de ella. A Levi siempre le han gustado lo firmes y flexibles que son sus piernas, y aunque es más alta que Levi, él no le encuentra un problema. La pierna de Eren se contrae cuando Levi le muerde la piel y succiona dejando un moretón en su muslo.

—¡Le-Levi! — ella se queja —. Dijiste que no lo harías.

Levi zumba en respuesta y las vibraciones corren por la pierna de la mocosa directamente a su pelvis. —No pude evitarlo.

Con un beso final para el nuevo moretón, Levi finalmente empuja sus caderas hacia delante y vuelve a aumentar su ritmo anterior. Eren es un desastre que gime cuando cada empuje la llena y presiona hermosamente contra la cama. Su espalda se arquea y sus piernas se enganchan al hombre encima de ella en un intento por mantenerlos presionados juntos. Si Levi se detuviese de nuevo, Eren moriría.

—Quiero ver tu cara — Levi gime tirando la almohada de nuevo. Cuando Eren se niega, él empuja más fuerte haciendo que su voz suba una octava.

Debajo de la almohada, el rostro de Eren está enrojecido y manchado de lágrimas y baba. Sus ojos se aprietan fuertemente y su boca se abre de par en par con placer, causando que se forme un punto húmedo en la sábana del mullido cojín. No importa cuántas veces los dos hagan esto, Eren siempre se avergüenza cuando Levi logra destrozarla hasta este punto.

—¡Eren! — Gruñe Levi apretando sus caderas más contra ella —. Deja de ser tan terca.

Eren gime ante la sensación de que se deslizan uno contra el otro y el sonido de bofetadas al chocar su piel. Pero todavía se aferra a la almohada como si fuese su última cadena de cordura; lo que probablemente es. De repente, Levi empuja con fuerza y deja de moverse por completo, simplemente girando sus caderas en pequeños y superficiales empujes.

Eren siente lágrimas frustradas formándose en sus ojos y grita: —¡Maldición, Levi, por favor! ¡Por favor muévete! Por favor. ¡Solo haz algo!

Levi cambia su peso, pero por lo demás no hace ningún movimiento.

—¡Vas a matarme! — grita Eren tratando de mover sus propias caderas.

Siente manos comenzando a vagar por sus piernas y cintura, apretando la piel sensible y haciéndole cosquillas con la punta de los dedos. El cuerpo de Eren tiembla ante el exceso de estimulación sin alivio y apenas nota que las manos se mueven de su cuerpo hasta que la almohada es arrancada de su agarre. Grita de sorpresa y se tapa la cara con las manos. O al menos lo intenta.

—Eso no va a suceder — Levi susurra sujetando las manos de Eren sobre su cabeza y sujetándose a su boca en un beso acalorado. Se aparta para arrastrar besos sobre sus mejillas enrojecidas y lamer lágrimas perdidas. —Hermosa.

—Levi, por favor.

Ambos gimen de alivio una vez que Levi se retira para obligarse a empujar más y más fuerte. Eren envuelve sus piernas alrededor de la cintura pálida y mueve sus caderas al mismo tiempo que Levi. Todos sus gritos siendo capturados por labios suaves, y sus lágrimas siendo borradas por una lengua dulce.

—Levi, yo... — se estremece con algo agradable y su cuerpo se arquea mientras se pierde en su liberación. Con un susurro jadeante, dice: —Te amo.

Poseyendo una nueva motivación, Levi libera las muñecas de Eren a favor de tomarla por sus esbeltas caderas. Las aprieta con fuerza y empuja contra ella de forma errática hasta que él también se agota. Pronto se duermen envueltos en los brazos del otro.

En la ausencia de luz, prometo mantener  el calorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora