Capítulo 6

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-¿Qué tal tu día?- preguntó Damon comenzando a servir la cena.

-Comencé a trabajar con un nuevo paciente.

-¡Oh, cierto! El asunto ese de los "hemofálicos"...- apuntó con ligereza.

Alex odiaba la forma con que Damon parecía despreciar el sufrimiento humano en ocasiones.

-Hemofílicos, Damon- corrigió visiblemente fastidiado- el programa de terapia domiciliaria del que te hablé.

-Bueno, eso- asintió despreocupado- lo importante es que ya no tendrás que pasar tanto tiempo en el hospital. Es un foco infeccioso.

Alex no había aceptado formar parte del proyecto para pasar menos tiempo en el hospital. Estaba convencido de que era necesario. Y que funcionaría. Tenía incluso el vago recuerdo de habérselo comentado a Damon. Aunque con seguridad ya lo habría olvidado.

-Y ni te imaginas en qué casa he dado...- dijo Alex buscando un tema más trivial.

-¿Alguna celebridad?- preguntó Damon abriendo sus enormes ojos azules.

-No exactamente. Pero se trata de una mansión en Mayfair.

-¿Mansión? ¿Con mayordomo y eso?

-Con mayordomo y eso...- dijo Alex sin poder evitar reír- y mi paciente...pues es el hijo del dueño de The Messenger.

-¿¡The Messenger!? ¿¡El periódico!?- preguntó asombrado.

-El mismo, el que tú lees- aclaró comiendo apáticamente su cena.

Damon lo miró atónito preguntándose a sí mismo cómo Alex podía parecer tan indiferente frente a la conveniente perspectiva de codearse con gente tan influyente.

-Quizá...quizá...cuando entres en confianza- comenzó a tantear el terreno con delicadeza- podrías preguntar si es posible que haya una vacante para mí en el periódico. Es una empresa inmensa, se desocuparán puestos todo el tiempo.

-¿Desde cuándo quieres trabajar en un periódico?- preguntó Alex sorprendido.

-Desde que estoy harto de esa sucia cafetería.

-Está bien...si eso es lo que deseas, procuraré encontrar la ocasión. No demorará mucho, de hecho.

-¿En serio?

-Sí. El señor Coxon es muy amable y accesible.

-¿Lo has visto?

-Claro que sí- Alex recordaba haber mencionado que tendría una entrevista con un tal Coxon.

-Pensaba que tu paciente era el hijo.

-Lo es, Damon. Te lo he dicho. Pero fue su padre quien me eligió.

-Pues que bueno que tengas contacto con el padre...porque supongo que ese muchacho estará afuera del negocio.

-Sí, lo está...por ahora- respondió casi entusiasmado, pensando en los progresos futuros- pero aún así podría hablarlo con él y estoy casi seguro de que lo conseguiría.

-¿Sí?- dijo esperanzado.

Alex asintió con la cabeza sonriendo ostensiblemente.

-¿Por qué ríes?- preguntó reconociendo la picardía en su mirada.

-Bueno...verás...he tenido la impresión de que...de que le gusto al muchacho.

Todo signo de afabilidad abandonó el semblante de Damon. Sabía que en esos asuntos, Alex rara vez se equivocaba.

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