Capítulo 23

246 26 35
                                    

-Deberían irse ya si desean ver todas las actividades del festival- dijo Kelly algo entrada la tarde.

-Es verdad- asintió Alex y mirando a Graham preguntó- ¿Qué dices? ¿Tienes ánimos?

-¡Por supuesto!- dijo resuelto.

-Vayan y disfruten- intervino Jason- nosotros los esperaremos para cenar.

No podrían estacionar en la playa por lo que decidieron llamar a un taxi. Prudentemente, Alex se hizo de una manta para abrigar a Graham en caso que refrescara o estuviese algo ventoso y así salieron rumbo al balneario.

A poco más de una hora de su partida, alguien tocó a la puerta. Kelly se sobresaltó.

-Espero que no le haya ocurrido nada al muchacho- murmuró preocupada.

-¡Cómo si quisieras atraer la desgracia, mujer!- respondió su marido intentado ocultar que también él se había alarmado- ¿Por qué no puedes pensar que han olvidado algo?

Casi sin escucharlo, Kelly se apresuró a abrir la puerta.

-¡Damon!- gritó sorprendida.

El visitante la estrechó con fuerza y la alzó hasta que sus coquetos zapatos se separaron del suelo.

-¿¡Cómo está la mejor suegra!? No me esperabas, ¿eh?

-¡Bájame! ¡Bájame ya!- reclamaba ella riendo- ¡Jason!- gritó llamando a su esposo- ¡Mira quién ha venido!

La alta figura del padre de Alex se asomó y una enorme sonrisa se dibujó en su rostro.

-¡Damon, querido!- dijo saludándolo a su vez.

Entraron juntos. Damon se comportaba con la familiaridad propia de un miembro de la familia.

-Pensamos que no podrías venir...- dijo Kelly, alcanzándole un vaso de su refresco favorito.

-Y no puedo. De hecho esta no será la clase de visita que me gustaría hacerles. Sólo he venido por un rato, esta vez no podré quedarme. Hace poco estoy en mi nuevo trabajo. Y me han dado un ascenso. Tengo que demostrar que lo merezco. Pero aún así no quería dejar pasar la oportunidad de saludarlos.

Kelly le tomó la mano.

-Ha sido una linda sorpresa. Y te juro que Alex no ha dicho nada. Sólo nos dijo que vendría con Graham.

"Qué suerte tienes" pensó para sus adentros. "A mí no me lo ha dicho".

-Tampoco se lo he dicho a él. Quería que fuese una sorpresa...para todos.

"Y vaya que lo será", se dijo a sí mismo, iracundo.

-¿Te quedarás hasta que vuelvan, verdad?

-¿Adónde han ido?- preguntó Damon intrigado.

-A la playa. Al festival anual.

Damon sonrió. Se preguntó si sería igual con Graham. Si tal como lo hacía con él, acabarían follando en la arena, escondidos entre las dunas. "No lo hará", se dijo. "El muchacho no tiene lo que se necesita".

-Claro que esperaré por ellos- respondió resuelto- como dije Kelly, deseo que sea una sorpresa...para todos.

-Quédate a cenar con nosotros- propuso Jason- si se hace tarde, yo mismo te alcanzaré a Londres. Así no tendrás que conducir cansado y en la noche.

-No estoy cansado. Vine en tren.

-Pensé que habían decidido conservar los dos autos...- razonó Jason.

-¿Los dos autos?

-Sí. El viejo auto de Alex, que todavía servirá para algo y el nuevo.

Damon calló e instintivamente miró hacia la ventana. Tras las delgadas cortinas, adivinó la imponente figura de un reluciente auto alemán en el que no había reparado al llegar. No tuvo que pensar mucho para saber que se trataba de otro secreto de Alex. De otro favor recibido y convenientemente silenciado.

-Hemos tenido que botar el viejo. La reparación hubiese costado lo mismo que un auto nuevo. Pero este es bonito, ¿no crees? ¿Te gusta la marca, Jason?- preguntó astutamente sólo para cerciorarse de que se trataba del vehículo que sospechaba.

-Dime a quién no le gusta un Mercedes Benz...

"De modo que ese es" pensó debidamente esclarecido. "Cotizas bien, Alex".

Era la segunda mentira. Primero ocultó el auto y luego el hecho de que Graham iría con él. De no haber sido por la llamada de ese tonto muchacho que se creía su amigo, jamás se hubiese enterado. El taimado silencio de Alex debía tener una razón. Y con seguridad no eran los celos de Damon. Había sido el primero en sugerir que flirtease con su paciente y se beneficiase de sus favores. Lo había presionado incluso. No, era claro que no temía a sus celos.

"Parece que al fin se ha decidido a poner en práctica mi plan pero sin mí. Pequeño detalle" pensó Damon, rabioso. "Lo solucionaré", se dijo convencido. "Nos beneficiaremos los dos o no se beneficiará ninguno".

-¿Llegó bien Graham?- dijo y su solícita pregunta rompió el silencio.

-¡Oh, sí! Por fortuna, sí. Nadie diría que está enfermo...- respondió Kelly.

-Ha mejorado mucho en los últimos meses- acotó Damon.

-Lo cuida mi hijo...- dijo Jason orgulloso con el clásico guiño en sus ojos- parece que ustedes tres se han hecho buenos amigos.

-Sí, me agrada mucho. Pero no creo que podamos ser verdaderamente amigos...

-¿Por qué?- preguntó sorprendido Jason- Parece un muchacho tan gentil...

-Y lo es- respondió Damon- pero...él y nosotros nunca podremos tener la clase de confianza que une a los amigos.

-¿Por qué no? ¿Qué sucede?

-Verás...Graham cree que Alex y yo somos primos- dijo asegurándose de evitar una posible indiscreción de la pareja- hemos creído prudente que así fuera...

-Nunca imaginé que alguien de su edad pudiese ser tan prejuicioso- intervino Kelly asombrada.

-¡Oh, no lo es! El muchacho es un encanto a decir a verdad. Pero su familia...es demasiado conservadora- dijo mintiendo con su habitual destreza.

-Pues que bueno que nos avisas, Damon- dijo Jason aliviado- así no hablaremos demás en cuanto lleguen.

-¿Y mi cuñada? ¿Vendrán Déborah y los niños?

-Sí, pero llegarán mañana- respondió Kelly.

-Qué lastima- suspiró- pero lo importante es que he podido venir a verlos a ustedes. Y veré un rato a Alex, claro- dijo y sus ojos centellearon.


El PacienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora