El Paciente

Capítulo 44

La respuesta espantó a Damon que comenzó a especular con la peor de las decisiones. Corrió dispuesto a detenerlo pero Alex hizo valer su superioridad física. Un solo empujón fue suficiente para derribarlo y desaparecer corriendo por las oscuras callejuelas del vecindario.

Lo buscó por cielo y tierra. Llamó a amigos y familia. Ni sus padres ni su hermana conocían su paradero. Recavó durante semanas los ingresos de hospitales y morgues. Movió todos los contactos adquiridos en el periódico en busca de información. Hasta sus compañeros periodistas usaron sus influencias en un vano intento de hallarlo. Nada bastó. Sólo supo que había renunciado a su empleo.

Sus compañeros de la redacción rastrearon su número de la seguridad social. No figuraba en la lista de beneficiarios del seguro por desempleo. Tampoco dieron resultados las consultas en la oficina de migraciones, el seguimiento de su matrícula de enfermero ni la averiguación de paradero solicitada a la policía.

-Es mayor de edad, no tiene antecedentes psiquiátricos y por lo que relata se ha ido por su propia voluntad. No se trata de un asunto de nuestra competencia- le hizo saber el oficial.

-Pero ya le he dicho en qué condiciones abandonó su casa...- insistía Damon.

-Y el perito psiquiatra lo ha escuchado, señor. Y no considera que haya indicios de un brote psicótico. Le ruego que se calme y comprenda. No podemos intervenir en desencuentros de carácter personal donde no se han cometido delitos ni hay heridos.

Frustrado, abandonó la estación de policía. Alex se había marchado semanas atrás y no tenía el menor indicio acerca de donde podría estar. No lograba comprender su actitud. A Damon, la conciencia no le hacía reproches. Para él, ninguno de los dos estaba involucrado en la muerte de Graham. Ni directa o indirectamente. No concebía como Alex podía sentirse responsable por las decisiones insensatas y caprichosas de un chiquillo que no sabe ni puede tolerar un revés. "Todos hemos sido engañados alguna vez y todos engañamos. No es un asunto de vida o muerte", se decía convencido.

Las semanas se transformaron en meses. Damon perdía la esperanza de encontrarlo. Absorbido por otros amores y otro trabajo, dejó que su vida continuase casi sin alteraciones. Tenía buenos contactos que le permitieron cambiar The Messenger por otro periódico. Usó el apartamento que Graham había rentado hasta el final del contrato y se marchó. Vivía como siempre había querido hacerlo y no permitiría que la necedad de Alex estropeara ese momento. Tenía suficiente con llorar su ausencia en las noches, cuando ninguno de sus amores fugaces estaba allí, ayudándolo a olvidar que había sido derrotado por la efímera sombra de un fantasma.

Para la familia Coxon, nada fue igual. Bob gestionó la venta del periódico y abandonó Inglaterra con su esposa. Su trabajo había dejado de apasionarlo y Londres no era más que la tumba de su hijo. Sin desearlo ni notarlo, todas sus salidas acababan en las inmediaciones del cementerio. De aquel predio verde y sereno al que jamás pudo volver a entrar luego del funeral. Decidió que si ni siquiera tenía el valor de mirar la lápida de su hijo, entonces nada lo retenía allí. Resuelta a no quedarse sin su familia, su hija Hayley se unió a ellos. Su prometido se marchó a su lado y en una ceremonia íntima y sencilla, contrajeron matrimonio en Alemania. De haber estado vivo, Graham hubiese oficiado como padrino. Esa era la promesa que le había hecho su hermana cuando intentaba persuadirlo de que continuase su tratamiento.

El tiempo pasó hasta cumplirse el primer año de la muerte de Graham. Pauline se empeñó en regresar a Londres para organizar una misa en su memoria. A su esposo le pareció lo correcto. Aprovecharía la ocasión para saldar una vieja deuda. Visitaría la tumba de su hijo ahora que se sentía capaz de hacerlo.

Temprano en la mañana marchó solo rumbo al cementerio. Franqueó sus puertas de hierro dejándose envolver por aquella serenidad que su hijo apreciaba tanto. Encontró la parcela y por un instante le pareció que ayer mismo lo había dejado allí.