Padre e hijo regresaron a casa sin hablar. Los dos estaban preocupados aunque por razones diferentes.
-¡Listo!- gritó Alex- podemos irnos, Graham.
-¿Irnos?- preguntó extrañado- ¿Adonde?
-A la casa de huéspedes- respondió su enfermero.
Graham lo miró aún más confundido y Jason supo que el muchacho no estaba al tanto de los pormenores del alojamiento.
-Vamos, pequeño. Te explicaré en el camino- dijo extendiendo la mano hacia él, invitándolo a avanzar- es sólo una cuadra.
Graham obedeció sin pedir más detalles. ¿Por qué lo haría? Confiaba en él ciegamente.
Se despidieron y echaron a andar.
-No sabía que tenían casa de huéspedes...- dijo impresionado.
-Bueno, no lo es- dijo Alex riendo- pero sabes que me gusta alardear.
-¿Adonde vamos entonces?- preguntó con curiosidad pero sin un atisbo de desconfianza.
-A casa de mi abuelo- comenzó a explicar Alex- él murió hace casi un año. Mis padres pensaron en desprenderse de la propiedad pero nuestra casa se ha vuelto algo pequeña, en especial cuando mi hermana nos visita con su esposo y los niños. Entonces decidieron conservarla para alojar a la familia en fechas como esta. Ahora la ocuparemos nosotros.
-¿Nosotros...solos?- dijo en voz baja, como si se tratase de un secreto.
Alex sonrió.
-Sí, pequeño. Mi hermana y su familia se alojarán con mis padres y nosotros aquí. Pensé que sería lo mejor. Así tendrás la suficiente privacidad si necesitas recibir concentrado intravenoso.
Graham suspiró aliviado al saber que Alex había tomado ese recaudo. Lo último que deseaba era arruinar la celebración de la familia con alguno de sus percances. Y tampoco deseaba impresionar a los niños como un raro fenómeno hemorrágico al que su tío cuidaba.
-Gracias, Alex- dijo tomándolo del brazo mientras caminaban, seguro de que nadie podría cuidarlo mejor que su enfermero.
Llegaron a una propiedad antigua pero bien conservada. Entraron. Las luces estaban encendidas y el ambiente calefaccionado. Hasta los floreros se vestían de primorosos ramilletes provenientes del jardín de la familia. Se notaba que Kelly había estado allí, aprontando todo lo necesario para la estadía de los dos.
-Es una casa muy linda- apuntó Graham escrutando el lugar detenidamente.
Y en verdad lo era. Techos altos, arañas adornadas de bellos caireles y esas ornamentadas molduras en las paredes que no tardaron en capturar su atención.
-No es como la mansión en la que vives- respondió Alex riendo- pero no está nada mal.
-Me gusta mucho. No parece desocupada.
-Le pedí a mi madre que preparase todo antes de nuestra llegada. Quería que se viera acogedor. Mi pequeño no puede parar en cualquier sitio- dijo risueño.
Graham rió bajando la vista.
-Cualquier sitio es bueno si estás tú- murmuró.
Alex se acercó por la espalda y rodeó su cintura.
-¿Subimos?- susurró a su oído.
Sin soltarlo, lo guió por las escaleras. Abrió la puerta de una habitación inmensa iluminada por una luz tenue y los destellos del fuego que ardía en la chimenea. Graham notó que allí estaba su maleta.
-El cuarto principal- anunció su improvisado guía- dormirás aquí, ¿qué te parece?
Por primera vez en su vida, Graham sintió un nudo en el estómago ante la visión de la enorme cama con dosel que esmeradamente tendida, parecía aguardar por él.
Se volteó con intención de ver a Alex pero no tuvo coraje y fijando los ojos en el suelo, murmuró.
-¿Dónde dormirás tú?
-Donde tú digas- respondió su enfermero.
La pausada cadencia de su voz hizo estremecer a Graham.
-¿Qué te parece la habitación que está al final del pasillo?- propuso Alex.
Su paciente sentía que su piel se helaba al tiempo que un calor inmenso invadía sus entrañas. Era una sensación desconocida, casi incómoda. Creyó estar mareado pero sólo estaba abrumado. Una expectativa tan anhelante como angustiosa se apoderaba de él.
Alzó la vista mordiéndose el labio y contempló un momento a Alex.
-Está muy lejos...- balbuceó sintiendo el corazón escapándose de su pecho.
Su enfermero sonrió ante aquella pequeña osadía.
-¿Qué tal esa?- dijo señalando la puerta- La habitación de enfrente.
Su mirada de cachorro volvió a asomarse por encima de las gafas.
-¿No hay otra...más cerca?
-Temo que no, pequeño. Pero puedo traer un colchón y tenderlo junto a tu cama. Así no tendrás miedo.
-No puedes dormir en el suelo...
Alex sonrió complacido ante aquel descaro que se le antojaba tan inesperado como encantador.
-¿Prefieres que compartamos la cama?- preguntó y Graham creyó que se desvanecería si Alex continuaba mirándolo de aquel modo.
-Yo no ocupo mucho espacio...- apuntó como única respuesta.
En ese instante, Alex pensó que todo en él era arrebatadoramente seductor. Su voz, sus palabras, su mirada y hasta su silencio. El sutil refinamiento de sus insinuaciones encendía su pasión con más ardor que el rosario de obscenidades al que estaba acostumbrado.
Le tomó el rostro con ambas manos y lo besó. Con sus labios pegados a los de él, Alex avanzó obligándolo a retroceder hasta los pies de la cama. Sintió su cuerpo tembloroso al notar la proximidad del lecho. Entonces giró hasta ser él quien quedase a la vera de la cama. Se sentó sobre ella y tomando a Graham por la estrecha cintura lo atrajo hasta acomodarlo en su regazo.
Lo estrechó con fuerza sintiendo cómo Graham pegaba su cuerpo al suyo. Sus besos, al principio algo torpes, crecían en pericia y ansias.
Sentado sobre sus rodillas, Graham le tomó el rostro entre las manos separándose suavemente de él. Alex vio sus grandes ojos castaños posados sobre los suyos, dedicándole una mirada llena de un amor tan inmenso que no creía merecer.
-Alex...- susurró dejando que sus manos acariciaran la corta barba que poblaba sus mejillas- yo...
-Shhhh...- musitó su enfermero sellando sus labios con el pulgar.
Deseaba decirle que lo amaba ahora que por fin se sentía libre para hacerlo. Pero Alex le impuso silencio. Tal vez no deseara enterarse. Sin duda no querría cargar con el peso de unos sentimientos que probablemente no correspondiera.
-No quieres saberlo, ¿verdad Alex? Prefieres que no lo diga...
-Te equivocas...sólo quiero ser yo el primero en decirlo...
Lo besó delicadamente y sobre sus labios entreabiertos susurró.
-Te amo, pequeño.
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El Paciente
FanfictieUna historia de amor y ambición. Ships: Dalex (Damon x Alex) - Gralex. Bienvenidos a un nuevo fanfic. Los invito a acompañarme en este recorrido en donde como siempre, sus lecturas y comentarios se valoran y agradecen. Pasen y vean. Idea original. ...