Capitulo 7

13K 1.1K 199
                                    

—La cascada es lo más importante, ahí se bate el chocolate y se mezcla para hacerlo ligero y espumoso —Willy insistió nuevamente sobre la cascada— Por cierto, ninguna fábrica en el mundo...

—Eso ya nos lo dijo —espetó Veruca. Emma le dió un pellizco y la miró mal ante tal falta de respeto.

—Creo que ustedes son muy bajitos —Willy dijo y Emma sonrió ante la tontería dicha por el hombre, parecía un niño grande. Lo encontró adorable y un tanto molesto.

—Pues claro, somos niños —le respondió Violet con sorna.

—Esa no es excusa, yo nunca fui así — contraatacó Willy.

—No es verdad —Mike se volvió hacia Willy.

—Claro que si ¿Sabes por qué? Porque recuerdo que usaba sombrero cuando era pequeño. Mira tus bracitos, tu no podrías.

Todos los niños se giraron al unísono para mirarlo con molestia.

—Creo que todos deberían dejarlo así —Emma les dijo y los niños asintieron en un intento de actuar más maduros que el chocolatero.

—¿Usted recuerda como era de niño? —le preguntó Charlie.

—Vaya que lo recuerdo —sonrió soñadoramente, pero su sonrisa rápidamente cayó— lo recuerdo.

Nuevamente se perdió en sus pensamientos. Emma miró a los Oompa Loompas remar sincronizadamente.

—Deben ser muy fuertes —dijo en voz alta rompiendo el incómodo silencio.

Un Oompa Loompa la miró y dejó escapar una risita aguda ante el cumplido y el bote comenzó a acelerar.

—Señor Wonka... ¡Señor Wonka! Nos dirigimos al túnel —Charlie lo sacó de su ensoñación.

—A si, a toda velocidad —ordenó Willy. El abuelo Joe y Emma intercambiaron miradas desconcertadas.

—El señor Wonka te estaba mirando antes de ponerse raro —Veruca le susurró y Emma negó.

—¿Acaso ven en la oscuridad? —preguntó Violet con escepticismo.

—No lo creo —respondió Willy misteriosamente— y sin luz no saben a dónde van... ¡Enciendan las luces!

La luz se enciendo justo frente a todos, y en lugar de atravesar el túnel directamente, llegaron a una gran caída. Los ojos de Emma se iluminaron ante la emoción que no había esperado, el padre de Mike se veía bastante enfermo cuando el bote de abrió camino por el borde.
El estómago de Emma burbujeó con alegría mientras levantaba los brazos, los cuales bajó al instante avergonzada, pero aún así, Willy lo notó y sonrió. Aterrizaron con una pequeña salpicadura que no alcanzó a nadie dentro del bote, llegando a un enorme túnel con puertas multicolores y brillantes.

—Amigos, estamos pasando por cuartos muy importantes.

Emma miró los títulos de las puertas, las cuales tenían un estilo de caja fuerte. Crema de nata, crema de café, crema para el cabello. La señora Beauregarde se volvió hacia Willy.

—¿Para que usa esa crema? —preguntó. A Emma le pareció que la mujer no era muy lista.

—Como acondicionador —rió Willy mientras se tocaba el cabello en broma. Emma se sorprendió ante tal personalidad diferente y abierta.

Pasaron por una puerta abierta en la que un oompa loompa azotaba a una vaca.

—Crema batida —Ella y Charlie espetaron a la vez.

—Pero que listos —Willy se rió de los dos y a Emma le dirigió después una pequeña sonrisa.

—Eso es muy tonto —dijo Veruca frunciendo el ceño.

La sonrisa de Willy se desvaneció cuando se volvió pedregoso una vez más, realmente noble gustaba que alguien contradijera sus métodos.

—Niña, déjame decirte algo. La crema batida no es batida si no bates bien la vaca. Todo el mundo sabe eso.

—No todos somos ingeniosos chocolateros —Emma se molestó ante el tono tan duro con el que le habló a su hermana.

—No hace falta ser un genio, es solo una simple observación —Willy se veía un poco abochornado. Emma miró al frente.

Entraron a una serie de rápidos que le hizo a Emma olvidar un poco su amargura. Pasaron por más habitaciones hasta que el bote finalmente disminuyó su velocidad.

—¡Paren el bote! Les enseñaré algo lindo —dijo Willy para después detenerse en una puerta que decía: SALÓN DE INVENTOS.

—Padre, me gustaría tener un bote de esos —dijo Veruca mientras bajaba.

—Si, creo que yo también lo haría —Emma le guiñó un ojo mientras se abrían paso a través de la habitación.

El Señor Wonka reveló un salón igual de impresionante que la sala de chocolate, estaba llena de maquinas de aspecto moderno, todos con diferentes formas y olores.

—Esta es la habitación más importante de toda la fabrica, bien. Pueden ver lo que quieran pero no toquen nada ¿Si? Vayan, vayan ¡Ushcale!

Todos se esparcieron por la habitación. Los Salt de dirigieron instantáneamente hasta una bañera llena de agua con bolitas cayendo dentro de ella. Un Oompa Loompa nadaba con un traje con aletas.

—¡Señor Wonka! ¿Que es esto? —preguntó Violeta.

—¡Oh! Te lo mostraré —se acercó, orgulloso de sus inventos. Extendió su mano y un Oompa Loompa le dió una bola roja— Gracias. Estos son los chuparricos perpetuos. Son para niños de bajos recursos económicos, durante todo el año pueden chuparlos y no se acaba, ¿No es genial?

—Igual que el chicle —declaró Violeta.

—No, tu mascas chicle, pero si intentas mascar uno de estos chuparricos romperás tus lindos dientecitos —respondió Willy con el labio un poco apretado, la chica no parecía pensar en nada más que chicle. — Y son exquisitos.

Willy caminó hasta una mesa con un enorme juego de química.

—Y aquí está el choco-pelo, con uno de estos trocitos que prueben y exactamente en media hora, el cabello les comenzará a crecer en su cabecita loca, también el bigote y la barba.

—¿Quién quiere barba? —le cuestionó Mike con mal humor.

—Bueno... Pues escritores, poetas, motociclistas y, también esos nuevos raperos que están de moda —eso realmente demostró cuanto tiempo había pasado desde que Willy convivió con otras personas— Agarra la onda, carnalito, calmantes montes, no te alborotes, si te lo digo es porque es algo chido... Vengan esos cinco —Emma sonrió ante eso. Hacia años que no se usaban esas líneas.

Mike no hizo ningún movimiento para devolverle el gesto a Willy, el cual retiró su mano un poco tímido.

Emma Salt ⟨••Willy Wonka••⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora