Capitulo 31

10.2K 718 450
                                    

Emma despertó sobresaltada. Se sentó con lentitud y notó un pequeño ardor en su parte íntima, no era fuerte, pero aún así podía notarse.
Miró su cuerpo desnudo cubierto por una fina sábana y en ese preciso momento todos los recuerdos de la noche anterior se arremolinaron en su mente.

No pudo evitar sonrojarse al saber que había mostrado su cuerpo, no era perfecto, pero Willy lo había tratado con amor. Se dió cuenta que estaba sola en la habitación, así que sacó un conjunto de ropa y se duchó con rapidez.

No sabía en dónde se encontraba el chocolatero ni tampoco que hacer para matar el tiempo, así que se decidió por pasar una tarde de picnic en la playa ella sola. Sería bastante relajante. Preparo sandwiches y una tarta con frutos del bosque. Cuando tuvo todo listo salió y se sentó bajo una sombra.

Sabía que ya era casi medio día y también que había dormido mucho el día anterior, pero eso no evitaba que estuviera somnolienta y sobre todo dolorida por la actividad que había hecho.

En su mente no cabía que había perdido su virginidad, de cierta forma se sentía un poco culpable porque su padre le había dicho que eso se debía hacer después del matrimonio, pero estaba contenta al mismo tiempo porque se la había dado al hombre indicado, al que amaba y con el que sabía que tenía que pasar.

Se recostó boca abajo y dejo que el sol le pegara un poco en el rostro y en la mitad de la espalda. Cerró los ojos y se relajó al escuchar la marea golpear con la orilla de la playa, era bastante relajante, pero algo hizo que el sol dejará de pegarle en el rostro.
Abrió los ojos y vió a Willy de pie justo a un lado de ella, sonriéndole ampliamente.

—¿Te diviertes? —él le preguntó con gracia y se dejó caer justo a un lado de Emma.

—Es más relajante que divertido —respondió acomodándose junto a Willy— ¿En dónde estabas?.

Willy se veía apenado en ese instante, incluso comenzó a mirar las olas. Emma supo de inmediato que la forma en la que estaba actuando en ese momento tenía que ver con lo que había pasado la noche anterior.

—¿Hice algo mal? —preguntó la chica apenada. No quería haberle dejado una mala impresión.

—No, no, no. Solo me da un poco de vergüenza —se volvió hacia ella— jamás pensé que llegaríamos a hacerlo —se puso completamente rojo.

—Lo sé, fue maravilloso —Emma sonrió.

—Jamás había hecho el amor, se sintió estupendo, y mucho más al ser contigo —Willy le comentó con sinceridad— puede sonar tonto, pero estaba esperando que llegara la mujer indicada.

—Y eres bastante bueno en ello, además veo que coincidimos en algo más. —se le escapó a Emma y ella de inmediato se cubrió la boca con las manos, no quería decirlo en voz alta.

—Que bueno que te gustó, de verdad —Willy se rascó la nuca— tu no te quedas atrás, cariño.

—Yo solo hice lo mismo que tú.

Se miraron por unos segundos y Emma aprovechó para sacar de la canasta la merienda y servirla en dos platos.

—Se siente mucho mejor que cuando lo haces tú mismo —Willy dijo de la nada y Emma lo miró con curiosidad.

—¿A qué te refieres?.

—Ya sabes... Soy hombre, a veces tengo mis necesidades —la boca de Emma se abrió en una perfecta "o".

Obviamente sabía que tipo de necesidades se refería y no había pensado que Willy también lo hacía.

—Antes era rara la ocasión en que lo hacía, pero desde que te conocí son cada cinco segundos y a decir verdad todas te las dedico a ti —Willy dijo con sinceridad— pero experimentar esto contigo se sintió mil veces genial.

Emma Salt ⟨••Willy Wonka••⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora