Capitulo 34

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Aquella noche Willy había sido golpeado con brutalidad, a tal punto que su rostro era irreconocible. Era bastante doloroso, pero nada se comparaba a la pérdida de Emma.
Él había intentado escapar y pelear, pero todo había sido en vano. Se había desmayado después de varios golpes.
Varias veces después de eso recuperaba el conocimiento, pero al instante volvía a caer en la oscuridad. Cuando al fin reaccionó por completo se encontraba recostado en la cama de Charlie, mientras su padre y la señora Bucket curaban cada una de sus heridas.

En el momento en que abrió los ojos por completo y los recuerdos llegaron a su mente intentó levantarse, pero un fuerte dolor en las costillas lo regresó a su posición inicial, pero aún así no quería quedarse postrado ahí. Necesitaba buscar a Emma con urgencia, pues no sabía todo lo que podían hacerle en aquel lugar. Solo era cuestión de tiempo para que la obligarán a casarse con otro.

—Recuéstate hijo —le pidió Wilbur— necesitamos que tus heridas sanen.

—Emma... —fue lo único que pudo decir en ese momento. Su voz era rasposa y solo lo hizo toser unas cuantas veces. Las lágrimas se acumularon en sus ojos— Se la llevaron, papá...

Odiaba que lo vieran llorar o verse débil, pero no pudo evitar sentir impotencia hacía él mismo al darse cuenta que no había podido protegerla como se lo había prometido.

—Lo se, hijo mío. Haremos lo posible para traerla de regreso — su padre intentó tranquilizarlo, pero era imposible.

—Por ahora solo tienes que descansar, si no, no podrás hacer mucho para ayudarla —la señora Bucket le dijo con tono mandón— ahora abre la boca.

Willy obedeció sin decir nada más, al mismo tiempo que la mujer le daba una píldora y después le tendía un vaso con un poco de agua para que pudiera tragar con más facilidad.
El chocolatero se sentó con lentitud mientras su padre le ayudaba a acomodar dos almohadas más en su espalda para mantenerlo sentado sin que hiciera esfuerzo alguno.

—¿Cuánto tiempo llevo inconsciente? —Willy preguntó después de un rato.

—Un día entero —el miedo en el rostro de Willy se intensificó— pero no te preocupes, la madre de Emma me contactó y ella está bien ahora mismo. Está haciendo todo lo posible por retrasar las cosas.

Willy suspiró y se frotó los ojos con fuerza.

—¿Como lograron entrar? —Willy los miró.

—La puerta principal estaba abierta.

En ese momento Willy recordó que ese día temprano habían metido las cajas restantes a la fábrica, ya que en la puerta trasera no cabían.

—¡Demonios! —gritó con frustración— esto es culpa mía, la dejé abierta.

La señora Bucket y Wilbur se miraron entre sí y después dirigieron la mirada a Wonka.

—Los accidentes suelen ocurrir —la señora Bucket le dijo— jamás pensamos que algo así pudiera pasar.

—¿Y mis Ommpa Loompas?.

—Ellos están bien, ayudaron a qué mi familia estuviera a salvo —la señora Bucket le dijo— son muy buenas personas, pusieron mucha resistencia para que no destruyeran nada más.

Willy la miró aliviado, al menos nadie más había salido herido más que él, era lo menos que necesitaba en ese momento. Se lo merecía por idiota. Nunca se le había pasado algo tan importante como cerrar la puerta principal.

Después de unos largos minutos los medicamentos que le habían dado lo hicieron estar bastante somnoliento, así que para el fue imposible no estar durmiendo cada cierto tiempo, a pesar de que no quería hacerlo. Ya entrada la noche recibió con gusto un poco de comida. Estaba hambriento y eso lo dejó notar. Parecía que no había comido en años, pero ninguna persona de las que estaban presentes lo miro mucho para no incomodarlo. Estaba tan tranquilo que cuando la alarma de la fábrica sonó con fuerza lo asustó a tal punto que su corazón parecía salirse de su pecho. Por la adrenalina del momento  intentó levantarse de su cama, pero su padre no lo dejó. El dolor en sus costillas era impresionante, jamás había sentido algo así.

Emma Salt ⟨••Willy Wonka••⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora