Emma pasó el resto del día totalmente sorprendida e incrédula ante lo que sucedió con Willy. Tenía que admitir que besarlo había estado en una de sus fantasías de las cuales ni siquiera sabía que existía. Después de aquel suceso, no lo había visto, así que eso la aliviaba un poco, porque estaba algo avergonzada con el hombre. Jamás le había dicho sus sentimientos a nadie, así que era algo completamente diferente a lo que estaba acostumbrada.
Por el momento lo primordial en la fábrica era la reparación de la maquinaria, así que Emma pensó en aquello para distraerse. Había hablado con Joe después de que los Bucket la invitaron a comer, y según él, Willy había contratado a un experto para que reparara todo. Aquello era bastante sorprendente,
pues el chocolatero odiaba tener a personas ajenas en su fabrica debido al incidente con los espías. No tenía opción, pues ya que era reconocido mundialmente, la cantidad de golosinas que salían de las puertas de aquel lugar eran enormes. Si no reparaba las máquinas y las cambiaba, perdería mucho dinero y material.Cuando cayó la noche, Doris y varios Oompa Loompas la sorprendieron en su habitación con un montón de conjuntos de ropa y zapatos. Esa noche estaba terminando de limpiar su nueva habitación y colocando en su armario todo lo nuevo que tenía. Al principio no quiso aceptarlo, pero después tuvo que hacerlo. Por lo menos lo que llevaba de dinero le alcanzaba para pagarle a Willy.
Ella no tenía idea de cómo Wonka había descubierto su talla.Esa misma tarde, Emma había decidido llamar a su hermano, ya que no se había contactado con nadie en varios días. Lo más probable es que Wilbur había hablando con ellos, así que por eso no se preocupaba mucho.
Tomó el pedazo de papel que Milo le había dado y no tardo en marcar.—Hola, ¿quien habla? —se escuchó del otro lado de la línea. Además de la voz, había un extraño ruido que Emma odiaba.
—Madre te había dicho que hablar con la boca llena era una falta de respeto —ella le dijo, sonriendo y un poco asqueada.
—¡Hermanita! —Milo dijo con fuerza. Ella tuvo que apartar el teléfono de su oreja un poco— ¿Está todo bien? ¿Llegaste bien a tu destino?
—Claro, todo está perfecto —Emma respondió— ¿Cómo sabían a dónde enviarme?
—No lo sé, madre fue la que me comentó levemente a donde debía enviarte —Milo masticó— pero si gustas puedes preguntaselo tu misma.
Era muy sorprendente ver en ese momento hasta donde la habían enviado para mantenerla a salvo. Jamás imagino que estaría viviendo u trabajando en la fábrica de Willy Wonka.
—¿Yo misma? —Emma dijo lentamente— no tengo contacto con ella.
—Está conmigo, boba —respondió obvio— te la pasaré.
El corazón de Emma dió un vuelco. Extrañaba tanto a su madre. Del otro lado de la línea se escucharon varios pasos y un extraño grito.
—Hija... —su madre la llamó.
—¿Mami? —preguntó Emma con sensibilidad.
Desde que tenia ocho años no la había llamado de aquella forma. Padre se lo había prohibido, pues era de mala educación para él y hacía ver mal a la familia.
—¿Te encuentras bien? —preguntó madre con preocupación.
—Estoy bien...
—Espero que Wilbur te haya recibido de buena manera —le dijo un poco preocupada— su temperamento no es el mejor.
La manera en la que hablaba del hombre era como si lo conociera. Aquello se le hizo extraño, pues ni siquiera sabía que se conocían de alguna forma.
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Emma Salt ⟨••Willy Wonka••⟩
Fanfiction[COMPLETA] Un viaje a la fábrica de chocolate de Willy Wonka cambió su vida para siempre. Emma nunca se imaginó que se enamoraría de ese extraño hombre. ••El amor a primera vista existe. (Basada en la película de 2005 de Tim Burton)