Capitulo 26

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Willy tenía que hacer algo en ese instante, así que se agacho y la recostó en el suelo del pasillo. Escuchó los pasos apresurados de los Oompa Loompas detrás de él.

—Emma, despierta cariño —colocó sus manos en las frías mejillas de Emma— Vamos. ¡Necesito una manta!—Al ver que la chica no le respondía la tomó en brazos y la abrazó —Necesito ayuda... Por favor.

Sabía que tardarían un par de minutos en llegar con algo para calentarla, así que a pesar de que siempre le había dado vergüenza que le vieran el pecho, se quitó el saco y la camisa que llevaba puesta. Estaban calientes, así qué tal vez serviría de algo envolver a Emma con ellas, al mismo tiempo que frotaba sus brazos de arriba a abajo para darle algo de calor. Le tomó las manos y se percató que tenía las uñas moradas, así que con su aliento intentó calentarla, hasta que los Oompa Loompas regresaron.

No quería apartarse ningún segundo de ella en caso de que su entrecortada respiración se detuviera, así que cuando llegó la manta, la levantó nuevamente en brazos sin esfuerzo alguno. Los Oompa Loompas llevaban una camilla, pero Willy se negó a recostarla en ella, pues sabía que el calor de su pecho podía servir aunque fuera algo mínimo.

La enfermería no quedaba tan lejos, para su buena suerte, así que Willy llegó en menos tiempo trotando.
Los Oompa Loompas al instante comenzaron a tomar los médicamentos y llenaron una pequeña tina que tenían ahí. El agua caliente serviría. Uno de los hombrecitos había mandando llamar a Wilbur, pues el chocolatero sabía que le podía ayudar en ese momento, además de que los Buckete regresaron a la fábrica en ese preciso momento.

Willy estaba devastado por lo que acababa de suceder. Se odiaba a si mismo por confiar tan rápido en ese desconocido y por dejarlo estar en su fábrica sin haberlo inspeccionado antes. No era alguien que demostrara mucho sus sentimientos, así que agacho la cabeza y dejó que las lágrimas fluyeran.

Los Bucket intentaban hablar con él, mientras que los adultos mayores intentaban ayudar a los Oompa Loompas con sus conocimientos mientras llegaba el padre de Wonka.

Para Wonka pasó una eternidad, hasta que apareció su padre. Además de ser un excelente dentista, sabía mucho de medicina. El señor Wonka ni siquiera respondió a las preguntas que los demás le hacían, pues solo le importaba revisar a Emma, mientras que Willy observaba cada movimiento. Sabía que en cualquier momento le entraría la histeria, así que se alejó de todos y pegó su espalda en la pared más alejada.

—Hijo, necesito tu ayuda —Wilbur le dijo en voz alta a Willy para que alcanzara a escucharlo.

—Vamos, Señor Wonka. Emma lo necesita —el abuelo Joe se agachó a su lado a pesar de la edad.

Willy se encontraba en una especie de shock y por más que intentaba hacer algo por si mismo para moverse le era imposible. Charlie estaba desesperado, así que no le quedó más opción que darle una bofetada no tan dura en la mejilla para que reaccionara. Aquello fue inmediato, era justo lo que se necesitaba para que el chocolatero volviera en si. Se levantó con agilidad y miró el cuerpo de Emma sobre la camilla. Tenía los ojos rojos y las pupilas dilatadas debido al terror que sentía en ese instante.

—Tienes que hacer algo por mi —Wilbur le dijo una vez que se acercó hasta ellos para ayudar— está entrando en un segundo grado de hipotermia y necesito que me ayudes a subir su temperatura.

—¿Cómo lo hago? —Willy preguntó con dificultad.

—Estamos intentando darle calor —Willy notó al instante como le habían colocado varías mantas encima, aunque sabía que aquello no sería suficiente— puede que no sea lo correcto, pero es lo más conveniente —Wilbur se dijo a si mismo— necesito que le des un baño con agua tibia.

Emma Salt ⟨••Willy Wonka••⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora