Capitulo 6

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Willy comenzó a aplaudir de inmediato, aunque el resto no sabía que hacer más que verlo hacerlo. Aquello era algo tan extraño, así que todos se quedaron completamente quietos en sus lugares.

—Magnífico —Willy aplaudió más fuerte— Bien hecho. ¿No son encantadores y estupendos?

—Yo diría que ya estaba ensayado —padre comentó sin inmutarse. Emma no pudo evitar asentir ante lo dicho.

La cara de Willy cayó al observar la acción de Emma, fue como si le hubieran aplastado su espíritu.
Le lanzó una mirada horrorizada a ella, lo que la hizo sentir completamente avergonzada.

—Y que sabían lo que pasaría —Mike apoyó.

—¡Oh! Como crees —escupió el Señor Wonka, apartándose de todos.

Emma sabía que él se había molestado ante tal declaración, pero era obvio que todo aquello estaba calculado. La señora Gloop corrió hasta el hombre.

—¿Dónde esta mi hijo? ¿A dónde va esa cosa? ¡Se convertirá en un malvavisco! —gritó la señora.

—Ese tubo es el que alimenta al cuarto donde elaboro los más deliciosos chocolates cubiertos de jalea de fresa —replicó Willy jovialmente.

—¡Entonces se convertirá en una barra cubierta de jalea de fresa y será vendido en las tiendas por kilo en todo el mundo! —su voz se elevó cuando se asustó ante su propia suposición.

La boca de Willy se abrió mientras intentaba corregirla.

—No, no sucederá. Su sabor sería horrible. ¿Se imagina un chocolate con sabor a Augustus con fresa?. No se vendería.

Emma se asqueó al imaginar tan asqueroso sabor. Willy se rió de ella por la expresión de disgusto que puso en su rostro. Ella sintió su estómago retorcerse deliciosamente al mirarlo a los ojos. El chocolatero hizo un ruido extraño y un Oompa Loompa apareció a su lado, teniendo él que agacharse un poco para hablar correctamente.

—Lleva a la señora Gloop al cuarto de fresas ¿Si?. Ayudala a buscar a su hijo. Usa un palo y búscalo dentro del barril de mezcla de chocolate, ¿Si? —dijo Willy manifestando la acción con su bastón.

El hombrecito asintió y cruzó los brazos sobre su pecho de manera tribal, lo cual Willy repitió. El Oompa Loompa agarró el vestido de la señora Gloop, quién le dirigió una mirada asustada a Wonka, pero que ante el feliz asentimiento del chocolatero dejó que el pequeño hombre la guiara.

—¿Señor Wonka? —Charlie lo llamó, algo titubeante.

—¿Hah?

—¿Por que Augustus fue mencionado por los Oompa Loompas? Quizá ellos...

—Quizá ellos improvisaron —le cortó Willy— tú podrías hacerlo —para demostrar su punto, se volvió hacia Violet— ¡Tú, niñita! Dime algo, lo que sea.

—Chicle —espetó Violet. Emma puso los ojos en blanco.

—Ese chicle mascarás... —comenzó Willy, pero se atascó y sus ojos se abrieron ante su fracaso.

—Pero es lo que odio más —Emma completó con una sonrisa.

Willy le sonrió con dientes por su ayuda, así que arrancó una de las tantas paletas de los árboles y se la tendió como premio.

—¿Que tal?. Es lo que hicieron.

—Es mentira —argumentó Mike, quién parecía hacer sus comentarios aburridos nuevamente.

—¡Hah! Te aconsejo que no balbucees porque no entiendo ninguna palabra de lo que dices —lo silenció Willy con una sonrisa falsa.

Emma se dió cuenta que Mike exasperaba un poco a Willy cada vez que hacía un comentario lógico y aburrido. Parecía como que si alguien intentara corregir a Willy, él realmente lo ignoraría, lo golpearía con su propia lógica o inventaría alguna excusa.

—Ahora... ¿Seguimos? —pidió un poco más brusco que antes y partió sin esperar respuesta alguna. Emma se quedó un poco atrás con su padre y hermana.

—No pienses en ser tan mimada y egoísta aquí, Veruca. Viste lo que le pasó a Augustus —le comentó a su hermana.

—¡No le digas esas cosas a Veruca! —le regañó padre— No le hagas caso, querida. Tú pide lo que quieras y lo tendrás.

—¡No soy una tonta, Emma! Además nunca podría comer tanto sin enfermarme —contestó la niña alzando la voz— Aunque... ¡Padre! Quiero tener un río de chocolate.

—Después, cariño...

Emma decidió quedarse en silencio. Padre no sabía lo mal que era criar de esa forma a Veruca. Ella solo siguió a todos hasta la orilla del río, en donde se detuvieron. Su atención se dirigió de inmediato a un enorme y brillante caballito de mar, un barco con inspiración griega que se dirigía hasta ellos. Un golpe de tambor se detuvo cuando el bote estaba frente a ellos. El barco era de un color rosa fucsia y brillaba ante la luz artificial de la sala de chocolate. Los Oompa Loompas comenzaron a reírse ante la nueva comitiva de Willy.

—¿Porqué se ríen? —Violet preguntó.

—Creo que es por tanto cacao que comen —replicó Willy con una sonrisa descarada— y por cierto, ustedes sabían que el chocolate tiene la propiedad de liberar endorfinas que te hacen sentir como enamorado —informó Willy y sus ojos atraparon a Emma.

Ella jadeó ante la penetrante mirada del chocolatero.

—¿Y funciona? —ronroneó la señora Beauregarde, recorriendo de manera seductora a Willy.

—A bordo —Willy se aclaró la garganta, ignorando lo dicho por la mujer y pareciendo molesto antes de hacer un gesto para que todos abordarán la embarcación.

Emma fué la primera en subir en la parte delantera y Willy se movió rápidamente para sentarse a su lado, pero padre hizo un ruido molesto y empujó un poco a Wonka. Willy al instante miró hacia abajo, avergonzado y se unió abatidamente a Charlie y el abuelo Joe.

Emma no pudo evitar reírse ante su tierna expresión amarga. Willy atrapó su risa y frunció el ceño, ella cerró la boca con consternación, sabiendo que el pensaba que se estaba riendo de sus intentos.

—Avancen —Willy ordenó. El barco comenzó a moverse.

—Toma, bebe esto. Te gustará —Willy había sumergido un cucharón en el río que fluía con calma bajo ellos— Parece que tienes mucha hambre.

—¡Delicioso! —Emma observó a Charlie.

Sus ojos fueron a parar a los de Willy, el cual se inclinó en su dirección con una pequeña sonrisa en sus labios, lo que la hizo sonrojarse y volver su vista al frente.

—Es porque la cascada se mezcla...

—Deja de flirtear, Emma —padre le susurró por lo bajo, haciendo que se distrajera de la explicación de Wonka.

—No lo hago, padre —Emma respondió mecánicamente, aunque muy en el fondo sabía que lo estaba haciendo un poco.

—Es muy mayor para ti, podría ser tu padre.

—No me interesa la edad. Además tú eres veinticinco años mayor que madre —le recordó Emma, totalmente indignada ante tales comentarios de su padre. Ella se cruzó de brazos, ignorando por completo al hombre.

—¿No crees que es un poco raro? ¿Una habitación comestible? —Veruca le susurró.

—En realidad no, ¿No te gustó?

—Lo hice, hasta que me senté sobre el pastizal para comer mi paleta y cuando me puse de pie tenía una pegajosa mancha en mis medias —ella le mostró a Emma una mancha bastante similar a la que había limpiado del abrigo de Willy— Es asqueroso —dijo, tomando su mano y palpando la mancha.

—Niña tonta —Emma le dijo con cariño. Le gustaba cuando su hermana actuaba como una verdadera niña de su edad.

—Me sorprende que el barco no esté pegajoso también. Probablemente esta hecho de azúcar —ella dijo sabiamente y Emma asintió en acuerdo.

Emma Salt ⟨••Willy Wonka••⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora