'No te pongas nerviosa, todo estará bien'. Esas fueron las palabras que estaba repitiendo en su cabeza todo el día. Por supuesto, era natural estar nerviosa el día de su boda, pero eso la ayudó a tranquilizarse un poco. Lo único que la aliviaba era saber que por fin empezaría la vida con la que había soñado desde que tenía memoria.
Aquella mañana estaba algo agotada debido a que no había dormido nada por los nervios, pero aún así aquello se fue mientras él día avanzaba.Desde temprano se había estado arreglando, así que en ese punto había estado casi seis horas sentada en su tocador con su madre parada detrás de ella. El recogido en su cabello hacia que su cuello se viera más largo y estilizado, así que el collar que llevaba la hacía lucir excelente. Lo que más le encantaba de todo era si vestido. Siempre había tenido en mente uno, para ella era el de sus sueños, así que se sorprendió mucho cuando lo encontró a la primera. El corpiño era un corsé con cintas en cruces alrededor de la espalda para atarlo. Todo el frente del vestido tenía pequeños diamantes y era esponjado, además tenía una cola bastante larga. Era un poco pesado para su gusto, pero le encantaba demasiado como para notarlo.
Cuando estuvo lista, los nervios comenzaban a jugar con su estómago. Habían rentado un jardín, así que la decoración verdosa fue lo primero que observó cuando se paró frente a la ventana de la cabaña en la que se encontraba. Se sentía dentro de una película de princesas. Las náuseas por los nervios era lo que más notaba, además de que no había comido casi nada en todo el día, así que se frotó el estómago en un intento fallido de quitar un poco el dolor. Descansó su frente en la ventana helada, tratando de llevar su mente a otro lugar para disminuir la ansiedad.
—Hija... ¡Estás temblando! —madre jadeó.
Emma miró hacia abajo, con exactitud a su mano derecha y vio que ella tenía razón. Estaba temblando visiblemente, incluso lo había escuchado que sus dientes castañeteaban, aunque no era por frío.
—¿Estás muy nerviosa? —preguntó madre mientras se unía a su lado. Emma no quería admitir que sí, pero sabía que tenía que hacerlo, nunca le podría mentir a su progenitora aunque quisiera.
—Bastante —admitió la chica haciendo una mueca.
De la nada se preguntó a si misma la razón por la que estaba nerviosa, aunque más que nerviosa estaba aterrorizada. Sabía que el matrimonio era algo que le había entusiasmado desde que era pequeña, también sabía que en aquel lugar solo habían personas conocidas que la apreciaban, entonces eso solo hacía que su duda creciera más. En su mente pasaban cientos de escenarios malos, así que por supuesto le preocupaba mucho tropezar antes de llegar al altar y hacer el ridículo, aunque también se imaginaba que Willy no estaría ahí.
Sacó de su cabeza todas las malas cosas, así que supuso que mientras caminara al altar sus nervios se irían. En ese punto solo quería estar con Willy. Dio un pequeño brinco cuando su madre la sacó de sus pensamientos al colocarle la mano sobre la espalda, para después darle palmadas en forma de apoyo.
Su vestido era demasiado largo, así que sin que nadie se diera cuenta se colocó unos zapatos bajos. Al instante suspiró con alivio, pues los pies le habían comenzado a doler bastante. No quería verse mal caminando al altar como gallina, así que aquello le daba más soporte al pisar.
Cuando menos lo pensó ya se encontraba frente a la puerta para comenzar a caminar hacia el altar.—Estoy lista —Emma contuvo el aliento, sintiendo su propio corazón latir con fuerza dentro de su pecho.
Milo la sostenía con firmeza, intentado brindarle apoyo. Estaba feliz de que alguien tan importante la acompañara en su día especial. Cuando las puertas se abrieron con lentitud, Veruca y Jason comenzaron a caminar por el pasillo lanzando pétalos de rosas. La niña tenía una sonrisa bastante grande que la hacía ver rara, pero Emma no le prestó atención, pues se quedó sin aliento en el momento en que alcanzó a distinguir la silueta de Willy frente a ella. Estaban a una buena distancia, pero aún así se veía hermoso esperándola del otro lado del pasillo.
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Emma Salt ⟨••Willy Wonka••⟩
Fiksi Penggemar[COMPLETA] Un viaje a la fábrica de chocolate de Willy Wonka cambió su vida para siempre. Emma nunca se imaginó que se enamoraría de ese extraño hombre. ••El amor a primera vista existe. (Basada en la película de 2005 de Tim Burton)