Capitulo 32

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A pesar de que la estaban pasando de maravilla en Loompalandia era hora de regresar a casa. Willy no podía dejar su fábrica por mucho tiempo y estaba seguro que tendría mucho trabajo por hacer, además de que también tenía varios nuevos sabores con los que experimentar. Esperaba que ya no hubiera problemas con el padre de Emma y que la dejara en paz, pero no sabía con exactitud hasta que punto llegaría con tal de tenerla de vuelta, así que estaría preparado Pat cualquier cosa.

Ambos hicieron un viaje largo. Emma estaba triste por dejar el lugar, pero sabía que no podía quedarse para siempre ahí. Además en cierto punto extrañaba a los Bucket.

Willy aterrizó en el techo de la fábrica y la ayudó a bajar las pertenencias que llevaban, además de bajar unas cuantas cajas con los ingredientes.
El aire fresco los golpeó en cuanto comenzaron a caminar hasta la entrada de aquel enorme lugar. Para la sorpresa de ambos, estar en un lugar tan cálido y húmedo habían hecho que se acostumbraran a eso, así que el frío los tomó de imprevisto.

Por primera vez en su vida, Emma extrañaba el calor de la playa. Willy le cerró bien su abrigo y le tomó la mano para ayudarla a bajar. Cuando por fin lo hicieron, entraron a la fábrica y se toparon con el delicioso olor que la caracterizaba, además de que el clima dentro era bastante cálido.

—Extrañé esto —Willy sonrió con ilusión— no puedo esperar a trabajar.

Emma sonrió al ver cómo el hombre daba pequeños saltos y se colocaba su típico sombrero que lo caracterizaba.

—Me gusta como te ves así —Emma le dijo, haciendo que el hombre se ruborizara.

Emma no podía creer la timidez que podía llegar a tener el chocolatero con cosas tan simples, pues después de haberlo conocido sexualmente se había dado cuenta que tenía mucha perversión dentro de él, aunque aún así fue tierno volver a verlo actuar como la primera vez que lo conoció.

—Vamos, los Bucket aun no se enteran de nuestro regreso —Willy le dijo a Emma y le dió un abrazo— los únicos que saben son mis Oompa Loompas.

—Esta bien —asintió.

Juntos caminaron por los pasillos, los cuales Emma ya conocía a la perfección. Llegaron al extraordinario cuarto de caramelo y se dirigieron hasta la simple casita que estaba justo en medio. Willy se quitó uno de sus guantes y golpeó la puerta varias veces. No paso mucho tiempo para que les abrieran la puerta. La señora Bucket se emocionó de inmediato y les dió un fuerte abrazo a cada uno.

—¡Pasen! Los hemos hechado de menos. —Miro como la pareja entraba tomados de la mano y se sorprendió— Estoy muy feliz por ustedes dos, ya se estaban tardando... ¡Charlie! El señor Wonka y Emma están de regreso.

Lo último los sorprendió, no sabían que la señora Bucket podía gritar tan fuerte. De la nada, Charlie apareció justo detrás de ellos y los abrazo al mismo tiempo, completamente feliz.

—¿Cómo va todo en la fábrica? —a Willy no se le ocurrió que más preguntar, así que dijo lo primero que se le vino a la mente.

—Excelente, las ventas cada vez incrementan más. Además me gustaría que le echara un ojo a unas cuantas recetas que inventé.

Willy lo miro con emoción y asintió con rapidez, había tomado un largo descanso con su novia, así que estaba ansioso por volver al trabajo y crear cosas nuevas, además de implementar los nuevos conocimientos que había adquirido con la tribu Oompa Loompa.

X

Emma no había visto a Willy en varias horas y lo extrañaba, pues se había acostumbrado a tenerlo con ella las veinticuatro horas del día. Estando ahí sin hacer nada la aburría bastante, así que aprovechó su tiempo libre y se puso a reacomodar su habitación.
No tenía noticias de su familia y eso la preocupaba a sobremanera, por lo menos pensó que le contestarían el teléfono cuando les llamó, pero era extraño que nadie lo hiciera. Ninguno de ellos.

Emma Salt ⟨••Willy Wonka••⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora