Capitulo 10

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—¡Veruca! Vuelve acá, idiota. Recuerda lo que le pasó a Violet y Augustus —Emma le advirtió pero la niña no le prestó atención.

—Oye, niña... —Willy le habló— Al menos tú si tienes algo de sentido común —él le susurró al oído.

—Mis disculpas por eso, Willy —Emma suspiró.

—Al menos tú no eres como ella —dijo Wonka— Me gustas, no sé por qué, pero me pareces una chica dulce —Emma se sonrojó inmediatamente, al igual que Willy por la oración que se le escapó, pero fueron interrumpidos por los gritos de Veruca.

—Veruca, regresa inmediatamente —Padre le exigió, pero aún así no hizo caso.

—Niñita —Willy también le estaba advirtiendo al ver la cabeza de Veruca dirigirse a una ardilla en específico— no toques ninguna nuez, las pone de mal humor.

Si no fuera una situación grave, Emma estaba segura que se habría reído por tal implicación, pero en cambio observó con la respiración contenida mientras su hermana menor se detenía frente a una ardilla que parecía petrificada.

—Ya te tengo —Veruca extendió los brazos para tomarla, se acercó más y más hasta que la ardilla saltó sobre ella.

Tan rápido como un rayo, todas las ardillas comenzaron a saltar contra ella en un torbellino. Veruca intentó desesperadamente apartarlos de ella, pero simplemente eran demasiadas.

—¡Veruca! —padre gritó y comenzó a sacudir la puerta.

Willy sacó un juego con cientos de llaves. Emma sabía que tardaría mucho tiempo en encontrar la correcta. Ella suspiró, se quitó los tacones y se subió sobre los tubos del barandal, para después dar un largo salto hasta llegar abajo.

—¡Emma! —el Señor Salt gritó.

—Emma, creo que deberías regresar ahora —Willy la miró con algo que la chica interpretó como angustia.

—¡Papi, Emma! Ayúdenme, hagan algo —gritó Veruca desde el suelo. Las ardillas la sostenían fuertemente.

Emma no escuchó lo que Willy decía, por lo que también fue atacada por las ardillas. Increíblemente logró mantenerse de pie a pesar de tantos ataques. Una de las ardillas se subió hasta su hombro y le dió un golpecito en la cabeza. De repente, la dejaron sola.

—¿Porqué las golpean? —preguntó Charlie cuando una de las ardillas golpeó a Veruca en la frente.

—Quieren saber si están en buen estado —Willy suspiró— dejaron a Emma al ver que estaba bien.

Todo se quedó en silencio después de que la ardilla encima de Veruca hizo un extraño ruidito extrangulado.

—Que mala suerte. Ya vieron que está hueca —Willy hizo una mueca.

—¡Veruca! —Emma y padre gritaron a la vez al ver como las ardillas movían a la niña hasta el agujero de la basura.

—¡Papi! ¡Emma! —gritó Veruca.

—¿Que harán con ella? —preguntó padre preocupado como nunca.

—Las que no sirven van al ducto de la basura —le respondió Wonka.

—¿Que hacen con la basura? —Emma preguntó rápidamente, observando como cada vez se acercaban más al agujero.

—La incineran —respondió Willy sin inmutarse, ganándose las miradas asustadas de los presentes— Pero solo lo hacen los lunes.

Los ojos de los Salt se abrieron al tope, llenos de horror.

—Hoy es lunes —dijo Mike a Wonka, el cual hizo una mueca de molestia.

—Pero quizás decidan no incinerarla hoy —intentó arreglar el chocolatero, aunque no funcionó.

Veruca comenzó a gritar, intentando detenerse con las uñas. Emma se levantó en un intento de llegar hasta su hermana, pero no llegó a tiempo, pues las ardillas la arrojaron. La Salt se quedó congelada en su lugar, llena de terror. A ella no le gustaba mucho Veruca, pero eso no quería decir que la quería muerta.

—Aunque ella talvez se quede atorada en el ducto y en ese caso usted solo tendrá que entrar para salvarla, ¿Le parece? —Willy le dijo a Padre.

Willy tomó una de las llaves y abrió lentamente la puerta a Padre. El rostro del chocolatero se volvió un poco sombrío. Emma sabía que todo aquello debía estar planeado.
Ella avanzó, dispuesta a sacar a Veruca por si misma, pero Wonka la tomó del brazo y la jaló hacia él, haciéndola subir los primeros tramos de escalera.

—No lo haría si fuera tu, eres buena. Por eso es que no te lanzaron a la basura también —comenzó Willy.

—Emma, quédate ahí —el Señor Salt ordenó a su hija, bajando los escalones.

—Esto es absurdo —comentó Willy riendo un poco.

—¿Porqué te ríes? —Emma se molestó.

—Porque creo que puedo ser un poco brillante a veces —respondió Willy como si nada— Además es gracioso que estés intentando regañarme cuando fuiste tú quien no siguió las instrucciones.

—Tenía que salvar a mi hermana, además tú no me dejaste salir —espetó Emma.

—Por supuesto que no, las llaves habían estado en mi bolsillo en ese momento. Además fuiste tú quien saltó hacia el otro lado —Willy se sonrojó y se aclaró la garganta.

Emma estaba a punto de soltar una acalorada serie de palabras que no eran apropiadas para la audiencia, pero solo suspiró para calmarse un poco. Ella se soltó del agarre y siguió a su padre, pero se detuvo cuando escuchó el comienzo de otra canción que la hizo poner los ojos en blanco.
Los Oompa Loompas entraron a la habitación vistiendo brillantes monos amarillos y formaron un círculo alrededor de la rampa.

'La ruda de Veruca Salt
por la basura cayendo va.
Y al bajar conocerá amigos que raros seran Amigos que raros serán
~ooh
Amigos que raros serán

El Señor Wonka estaba saltando de nuevo, pero Emma lo miro fulminante, aunque sabía lo completamente adorable que se veía él

Asi como las sobras de, la cabeza de este gran pez.
Laaa... Ostra que nadie comió
Laaa... Carne que ya se pudrió
Y muchas otras cosas más
¡Que tienden a oler muy mal! Muy mal....

Emma solo esperaba que la basura que lanzaban no lastimaron a su hermana.

Veruca amigos va a tener
Sin duda va a conocer
Veruca amigos va a tenee....eer
oooh~
oooh~

Padre se encaminó hasta el centro de la habitación y se agachó frente al gran agujero negro. Una fotografía de madre fue lanzada también. Emma no siquiera sabía cómo rayos habían conseguido aquello.

Y dime quien la malcrió
Y dieron lo que ella pidió.
Una malcriada se tornó
Y los culpables ¿quienes son?
Muy triste es ... que fueron dos
Mamá y papá culpables ...
Son...

Después de lo último de la canción, una ardilla corrió hasta el Señor Salt y le dió una patada, haciéndolo caer.

—¡Padre! —Emma gritó alarmada, escuchando los gritos del Señor Salt.

Asustada, corrió hasta el centro de la habitación y se agachó frente al agujero en un intento fallido de poder ver a su familia y sacarlos, hasta que sintió que empezaba a resbalar.

Emma Salt ⟨••Willy Wonka••⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora