Capitulo 30

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La verdad era que solo había entrado al agua para divertirse, pues la ropa que llevaban puesta aún seguía igual de sucia y apestosa, así que era obvio que tenía que aprovechar para quitarle la suciedad, incluso quitarse la que llevaba encima por el día de búsqueda en la jungla. Tenía que quitarse lo que llevaba puesto si o si, pero como a toda chica le daba vergüenza hacer aquello frente a Willy. La profundidad del agua podía ayudarla a que nada fuera visible, así que se armó de valor.

—Creo que me limpiaré —dijo Emma sin pensar para no sentir vergüenza, Willy solo la miró— sin ropa.

En ese momento el rostro del chocolatero cambió de color. Gracias a la luz de la luna fue mucho más visible. También quería hacer aquello, pero le había dado tantas vueltas en su mente. Estaba agradecido de que Emma lo haya comentado primero.

—Al parecer pensamos en lo mismo —Willy le dijo— no te miraré si es lo que te preocupa.

Emma lo pensó por un momento, pero confiaba plenamente en ese hombre y sabía que no haría nada sin su consentimiento y si así lo deseaba, jamás la miraría de otra forma. Era obvio que ambos tenían cierto morbo de hacer lo contrario. Cada uno se alejó un poco y sin mirarse entre sí, ambos comenzaron a desvestirse en el agua, así que por cada prenda que se quitaban aprovechaban para limpiarla bien. Cuando estuvieron listas las prendas, las lanzaron con fuerza a la orilla.

Emma podía sentir el agua corriente tibia arremolinándose contra su piel mientras Willy se movía constantemente hacia el agua.
Cuando el nivel del agua alcanzó sus costillas, Emma se detuvo y se escabulló en el agua hasta que llegó a sus hombros, girándose para mirarlo, y protestando mentalmente en silencio contra la distancia que había entre ellos. Willy se sumergió en el agua, hasta los hombros, sonriendo con picardía.

—¿No te incómoda que te vea desnuda? —preguntó Willy de la nada, Emma quería decir que si lo hacía, pero sabía que no debía. Aunque en el fondo aquello le parecía bastante gratificante.

—¿Qué? —Emma comenzó a sonrojarse tanto bajo su mirada que estaba segura de que él lo notaría, incluso bajo la luz de la luna. Pero aun así negó con la cabeza a la pregunta formulada por Willy.

La sonrisa del hombre se hizo más grande e incluso parecía divertido. Se acercó a Emma y se inclinó hacia ella, sus dedos encontraron la curva de su cintura y acarició suavemente su piel antes de mover su mano hacia la parte baja de su espalda y tirar de ella hacia su cuerpo. Cuando Emma se sentó sobre su rodilla doblada, puso sus brazos alrededor de su cuello y los cerró en su lugar, pues no iba a dejarlo ir pronto. Estaba completamente sorprendida en ese momento, estaba sentada desnuda en su regazo y le gustaba.

—Me preguntaba si todavía te da vergüenza esto —Él continuó con su sonrisa maliciosa y eso la hizo sonrojar aún más profundamente.

Emma se dio cuenta de que, en cierto nivel, el estaba disfrutando haciéndola sonrojar. Ella le dio una sonrisa poco entusiasta que se desbordó de vergüenza: genial, estaba avergonzada y parecía ingenua mostrando su edad e inexperiencia. Bajó la mirada, dándose cuenta de que ese hermoso hombre que tenía enfrente era un poco más viejo que ella, tal vez un poco más experimentado, aunque estaba segura ambos estaban igual de puros.

Willy puso una mano sobre el brazo de Emma y la otra sobre su mejilla, ahuecando suavemente su cara y se inclinó para besarla suavemente. Justo antes de llegar a sus labios los ojos del chocolatero se cerraron.
La respiración de Emma volvió más fuerte y desigual. Sentía que su cuerpo explotaría de emoción en cualquier momento. Los labios de ambos se acariciaron suavemente mientras la piel desnuda del costado del cuerpo de Emma rozaba con el pecho de Willy pecho. La piel del hombre era un poco fría, pero cálida al mismo tiempo.

Emma Salt ⟨••Willy Wonka••⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora