Capitulo 13

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—Aclarado eso, haré que una barra de chocolate vaya de un lado del cuarto al otro por televisión —todos excepto Willy giraron la cabeza para mirar una cámara y una plataforma hasta la televisión— ¡Pueden traerla!

Lentamente, seis Oompa Loompas entraron a la habitación, todos cargando una enorme barra Wonka.
Mientras hacían su entrada, una extraña música había comenzado a escucharse, haciendo aquello más dramático. Emma reconoció graciosamente la música de cine cliché que a menudo utilizaban en las escenas de lanzamientos espaciales.
El enorme chocolate fue colocado cuidadosamente sobre la plataforma.

—Y tiene que ser enorme ya que en televisión transmites algo de tamaño normal y lo ves así de chico —explicó Willy mientras hacía un ademán con sus dedos. Parecía muy orgulloso de explicar aquello, así que estaba de pie con la espalda muy erguida— Principios básicos.

El chocolatero presionó un botón rojo y con un pequeño empujón, el chocolate comenzó a elevarse lentamente. Algunas luces cobraron vida y la cámara tripulada por uno de los Oompa Loompas se volvió hacia el chocolate. Hubo un asombroso destello de brillante luz blanca y la barra Wonka había desaparecido. Ahora entendía porque debían llevar las gafas puestas.

—Ya no está —exclamó Charlie con asombro.

—Se los dije. La barra de chocolate está ahora en el aire flotando en millones de partículas —Willy se veía feliz de que Mike viera que no estaba equivocado— ¡Rápido! Corran, corran —gritó.

Todos corrieron hasta la televisión y el abuelo Joe fue el primero en darse cuenta de que algo extraño estaba a punto de suceder. Los ojos de Emma comenzaron a llenarse de lágrimas por las luces del lugar y le fue imposible contenerlas por mucho tiempo. Cerró los ojos y se levantó las gafas un poco para poder introducir sus dedos para limpiar las lágrimas que caían. Willy la miró con curiosidad en el momento en que se volvió a acomodar las gafas.

—¿Estás bien, querida? —Willy le preguntó con preocupación en la voz.

Emma trató de disipar las lágrimas que volvieron a salir, pero nuevamente cayeron por el ardor en sus ojos. La boca de Willy cayó en una línea sombría.

—¿Estás bien, Emma? —Charlie también le preguntó.

—Estoy bien, solo denme un momento  —Emma levantó una mano para quitarse las gafas, pero una mano con guante evitó que se las quitará. El chocolatero las reacomodó en su en su rostro rápidamente.

—Que fue lo que dije al principio. Si quitas las gafas te quedarás ciega —le advirtió Willy gentilmente.

—Ya estoy lo suficientemente ciega —respondió cuando las lágrimas comenzaron a gotear patéticamente por sus mejillas.

Willy hizo una mueca y la sacó de la habitación. Emma se quitó las gafas y comenzó a limpiarse la cara, sintiéndose completamente humillada. El chocolatero se quedó quieto un poco incómodo frente a ella, mientras que Charlie también salía de la habitación preocupado.

—Si no te gustaba la televisión, simplemente podrías haberlo dicho —exclamó Willy confundido.

—No, me encanta la televisión...

—Bien —murmuró Wonka mientras los ojos de Emma se volvían a controlar.

—Es solo que mis ojos son muy sensibles a la luz fuerte. Siempre se me irritan y lloran. Por eso es que no suelo pasar mucho tiempo bajo el sol —Emma le entregó los lentes— me temo que no soy lo suficientemente fuerte para estar en la habitación.

—Dios, no había pensado eso antes —Willy frunció el ceño con cara de decepción.

—No creo que a mucha gente le suceda.

—Bueno, simplemente podríamos saltearnos esta habitación —sonaba bastante decidido, aunque también decepcionado.

—Puedo esperar afuera —Emma se ofreció, pero Willy al instante sacudió la cabeza con tanta fuerza que su sobrero de copa casi se cayó.

—No, después te perderás todo lo que sucederá y no quiero que eso suceda —ahí estaba otra vez ese indicio de misterio.

—¿No tiene unas gafas más anchas? —preguntó Charlie y Willy abrió la boca, después la cerró y sonrió.

—Espera... Si... ¡Lo hago! —sin decir otra palabra, salió del pasillo dejando a Emma y Charlie confundidos. Después de unos segundos, Willy regresó con otro par idénticos a las anteriores, excepto que esos eran un poco más anchos.

—Hice estás para mí... mi padre. Él usa gafas, pero solo es un prototipo —Willy parecía haber tenido un poco de problemas para pronunciar 'padre', Emma las tomó con una grande sonrisa.

—Son perfectas —Emma dijo para misma, pero Willy la escuchó.

—Me preocupaba que hubiera una habitación que no fuera de tu agrado —Willy parecía extasiado.

—No lo creo, jamás me desagradaría ninguna de las habitaciones. Son magníficas —las mejillas de Willy se colorearon un poco.

—Gracias, nadie había dicho algo así antes —Emma sintió una lágrima caer nuevamente, pero ya no le ardían tanto los ojos y esperaba que ya no sucediera cuando estuviera nuevamente en la habitación.

Willy se acercó lentamente hasta Emma, a tal punto que el chocolatero podía contar cada una de las pecas en su nariz. Se quitó el guante y limpió con su mano la lágrima de Emma.

—Yo, umm. Las lágrimas... Te quedan bien —Willy tartamudeo mientras se apartaba de Emma, sintiéndose completamente estúpido por lo que acababa de decir.

—Nadie me había dicho antes que mi llanto era atractivo —Emma dijo un poco extrañada, aunque estaba bastante feliz por el raro cumplido

—Igual que nunca nadie había conectado a las ovejas con el algodón de azúcar —indicó Willy intentando que su vergüenza se fuera, y ambos terminaron riendo por tal ocurrencia.

Cuando sus risas se calmaron, Charlie se aclaró la garganta mientras sonreía, Willy le hizo un gesto para que entrara de nuevo a la habitación.

—Observen la pantalla —dijo Willy mientras todos lo seguían hasta la televisión. —Había varios monos— Ahora aparecerá, ¿Que tal? —Willy se alegró cuando la barra Wonka apareció lentamente, mucho más pequeño que el original, pero aún así funcionó— Sacala —le dio un empujón a Mike.

—Es una imagen, no soy tonto —Mike respondió con simpleza sin creerle al chocolatero.

—Que gallina —le dijo Willy— Tómala —esa vez se lo dijo a Charlie— Anda, si la quieres tómala.

Charlie se adelantó con el brazo extendido. Willy murmuraba por lo bajo y Mike seguia cada movimiento que el niño hacia. Su brazo atravesó la pantalla y se cerró alrededor del chocolate, arrancándolo del paisaje y sacándolo de la pantalla.

—Es increíble, Charlie —murmuró el abuelo Joe con asombro.

Decir que Emma no estaba sorprendida por lo que acababa de ver era poco. Charlie le dió el chocolate a ella, haciendo que se sorprendiera aún más por el peso que tenía.

—Anda, coman, es deliciosa —los chicos objetaron— Es la misma barra, solo que en el viaje se encogió. Es todo.

Emma miró a Willy por última vez, cuya sonrisa era contagiosa mientras el hombre hacia como que mordía la barra de chocolate. No sabía la razón por la que había tomado aquella acción como algo un poco sensual, hasta que sintió como la sangre subía a sus mejillas. Ella cerró los ojos para deshacerse de los malos pensamientos. Para distraerse de aquello, mordió una esquina del chocolate, sintiendo el sabor a nuez y cacao puro en su lengua.

—¡Deliciosa! —Charlie dijo y Willy se mostró expectante ante la reacción de la Salt.

—Es genial —dijo Emma mientras sonreía. Tenía que admitir que era el mejor chocolate que había probado en toda su vida.

—Es un milagro —el abuelo Joe exclamó con sorpresa por la tecnología que había presenciado.

Emma Salt ⟨••Willy Wonka••⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora